La familia de Jared Kushner e Ivanka Trump, a través de su empresa Affinity Partners, ha anunciado una inversión de $1 mil millones en dos grandes desarrollos turísticos en las localidades albanesas de Zvërnec y Sazan. El ambicioso proyecto incluye la construcción de un complejo de lujo con 1,000 villas y habitaciones de hotel en Zvërnec y el desarrollo de un complejo hotelero en la isla de Sazan, un antiguo puesto militar de la Guerra Fría.
En Zvërnec, el proyecto enfrenta una controversia significativa debido a la disputada propiedad de la tierra. La familia Konomi, que ha cultivado la tierra durante generaciones, afirma que la tierra fue confiscada durante el régimen comunista y reclama su derecho legítimo sobre ella desde 1991. "Están tratando de quitar lo que es nuestro", declara Bledar Alexandros Konomi, respaldado por registros judiciales.
Por otro lado, la isla Sazan también ha sido objeto de controversia. Evi Kokalari-Angelakis, una desarrolladora inmobiliaria albanesa-estadounidense, presentó una propuesta de $400 millones para desarrollar la isla, pero su propuesta fue ignorada en favor de la de Kushner. La situación ha sido criticada por Kokalari-Angelakis, quien acusa al gobierno albanés de favorecer a Kushner para mejorar las relaciones con la familia Trump.
El Primer Ministro albanés, Edi Rama, ha rechazado las acusaciones de favoritismo, argumentando que estas inversiones reflejan el creciente atractivo turístico de Albania. Sin embargo, Agron Shehaj, miembro de la oposición, ha cuestionado la falta de transparencia en el proceso de selección de desarrolladores, sugiriendo la posibilidad de intereses políticos en juego.
La expropiación de tierras durante el régimen comunista y las reclamaciones post-regimen que siguen sin resolverse siguen siendo una fuente de conflictos. La ley que permite la devolución de tierras ha sido criticada por ser susceptible al abuso en favor de intereses políticos.
Jared Kushner ha defendido la legitimidad de sus acciones, afirmando que su empresa está trabajando con los titulares de derechos legítimos y que se retirarán si se demuestra lo contrario. Por su parte, Kokalari-Angelakis ha señalado la situación como un reflejo de corrupción y la falta de imparcialidad en la selección de proyectos.
Estos proyectos buscan transformar la costa albanesa en un destino turístico de lujo, pero se ven empañados por la resistencia de los propietarios locales y dudas sobre la transparencia y la legitimidad del proceso de inversión.