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Putin Amenaza a EE.UU. por el Despliegue de Misiles de Largo Alcance en Alemania

El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió que Rusia responderá posicionando misiles de largo alcance cerca de Occidente si EE. UU. despliega misiles similares en Alemania a partir de 2026.

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Putin Amenaza a EE.UU. por el Despliegue de Misiles de Largo Alcance en Alemania

El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió que Rusia responderá posicionando misiles de largo alcance cerca de Occidente si EE. UU. despliega misiles similares en Alemania a partir de 2026.

"Tales acciones no quedarán sin respuesta”

- Afirmó Vladimir Putin en su declaración del 28 de julio de 2024.

28/7/2024

El 28 de julio de 2024, el presidente ruso, Vladimir Putin, emitió una advertencia contundente a los Estados Unidos sobre el despliegue planificado de misiles de largo alcance en Alemania, programado para iniciar en 2026. Según Putin, esta acción provocaría una respuesta simétrica por parte de Rusia, que incluiría el posicionamiento de misiles de largo alcance en áreas cercanas a Occidente.

Putin destacó que los planes de EE. UU. involucran la instalación de misiles de crucero Tomahawk, misiles SM-6 y armas hipersónicas aún en desarrollo, que superan las capacidades actuales en Europa. Estos misiles, según el presidente ruso, tendrían un tiempo de vuelo de aproximadamente 10 minutos hasta los objetivos en territorio ruso, y podrían ser equipados con ojivas nucleares, lo que agrava aún más las preocupaciones de seguridad del Kremlin.

En su declaración, Putin comparó esta situación con la crisis de misiles de la Guerra Fría, específicamente aludió al despliegue de los lanzadores Pershing II en Europa occidental en 1979, lo que en su momento generó serios temores en la Unión Soviética sobre un ataque preventivo por parte de EE. UU. Este paralelismo histórico subraya la gravedad con la que Moscú percibe la posible militarización de Europa Occidental por parte de Washington.

Además de Alemania, Putin acusó a EE. UU. de aumentar las tensiones globales mediante la transferencia de sistemas de misiles Typhon a Dinamarca y Filipinas. Estos movimientos son percibidos por Rusia como una amenaza directa a su seguridad nacional y a la estabilidad regional en Europa y Asia.

Ante este contexto, Putin reiteró que Rusia podría reanudar la producción de misiles nucleares de medio y corto alcance. La posible reanudación de esta producción se contempla como una respuesta directa a las acciones de EE. UU. y su potencial despliegue de misiles de más de 500 kilómetros de alcance en Europa, una capacidad que adquirieron después de retirarse del Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF) en 2019.

El Tratado INF, firmado en 1987, prohibía a EE. UU. y la Unión Soviética (y posteriormente Rusia) el despliegue de misiles terrestres con alcances entre 500 y 5,500 kilómetros. La retirada de EE. UU. del tratado en 2019 revitalizó las capacidades misilísticas de ambos países, otorgando a EE. UU. la libertad de desarrollar y desplegar armas actualmente prohibidas bajo el acuerdo.

La advertencia de Putin del 28 de julio de 2024 sirve como un recordatorio de las crecientes fricciones entre las dos potencias nucleares y la amenaza de una nueva carrera armamentista si no se toman medidas para reducir las tensiones. La comunidad internacional observa con preocupación la posibilidad de una escalada militar que repercutirá no solo en Europa, sino a nivel global. El Tratado INF, que jugó un papel crucial en la desescalada de durante la Guerra Fría, fue uno de los principales acuerdos de desarme nuclear entre EE. UU. y la Unión Soviética. Su retirada en 2019 marcó un punto de inflexión en las relaciones estratégicas entre EE. UU. y Rusia.

Algo Curioso

"Tales acciones no quedarán sin respuesta”

- Afirmó Vladimir Putin en su declaración del 28 de julio de 2024.

Jul 28, 2024
Colglobal News

El 28 de julio de 2024, el presidente ruso, Vladimir Putin, emitió una advertencia contundente a los Estados Unidos sobre el despliegue planificado de misiles de largo alcance en Alemania, programado para iniciar en 2026. Según Putin, esta acción provocaría una respuesta simétrica por parte de Rusia, que incluiría el posicionamiento de misiles de largo alcance en áreas cercanas a Occidente.

Putin destacó que los planes de EE. UU. involucran la instalación de misiles de crucero Tomahawk, misiles SM-6 y armas hipersónicas aún en desarrollo, que superan las capacidades actuales en Europa. Estos misiles, según el presidente ruso, tendrían un tiempo de vuelo de aproximadamente 10 minutos hasta los objetivos en territorio ruso, y podrían ser equipados con ojivas nucleares, lo que agrava aún más las preocupaciones de seguridad del Kremlin.

En su declaración, Putin comparó esta situación con la crisis de misiles de la Guerra Fría, específicamente aludió al despliegue de los lanzadores Pershing II en Europa occidental en 1979, lo que en su momento generó serios temores en la Unión Soviética sobre un ataque preventivo por parte de EE. UU. Este paralelismo histórico subraya la gravedad con la que Moscú percibe la posible militarización de Europa Occidental por parte de Washington.

Además de Alemania, Putin acusó a EE. UU. de aumentar las tensiones globales mediante la transferencia de sistemas de misiles Typhon a Dinamarca y Filipinas. Estos movimientos son percibidos por Rusia como una amenaza directa a su seguridad nacional y a la estabilidad regional en Europa y Asia.

Ante este contexto, Putin reiteró que Rusia podría reanudar la producción de misiles nucleares de medio y corto alcance. La posible reanudación de esta producción se contempla como una respuesta directa a las acciones de EE. UU. y su potencial despliegue de misiles de más de 500 kilómetros de alcance en Europa, una capacidad que adquirieron después de retirarse del Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF) en 2019.

El Tratado INF, firmado en 1987, prohibía a EE. UU. y la Unión Soviética (y posteriormente Rusia) el despliegue de misiles terrestres con alcances entre 500 y 5,500 kilómetros. La retirada de EE. UU. del tratado en 2019 revitalizó las capacidades misilísticas de ambos países, otorgando a EE. UU. la libertad de desarrollar y desplegar armas actualmente prohibidas bajo el acuerdo.

La advertencia de Putin del 28 de julio de 2024 sirve como un recordatorio de las crecientes fricciones entre las dos potencias nucleares y la amenaza de una nueva carrera armamentista si no se toman medidas para reducir las tensiones. La comunidad internacional observa con preocupación la posibilidad de una escalada militar que repercutirá no solo en Europa, sino a nivel global. El Tratado INF, que jugó un papel crucial en la desescalada de durante la Guerra Fría, fue uno de los principales acuerdos de desarme nuclear entre EE. UU. y la Unión Soviética. Su retirada en 2019 marcó un punto de inflexión en las relaciones estratégicas entre EE. UU. y Rusia.

El 28 de julio de 2024, el presidente ruso, Vladimir Putin, emitió una advertencia contundente a los Estados Unidos sobre el despliegue planificado de misiles de largo alcance en Alemania, programado para iniciar en 2026. Según Putin, esta acción provocaría una respuesta simétrica por parte de Rusia, que incluiría el posicionamiento de misiles de largo alcance en áreas cercanas a Occidente.

Putin destacó que los planes de EE. UU. involucran la instalación de misiles de crucero Tomahawk, misiles SM-6 y armas hipersónicas aún en desarrollo, que superan las capacidades actuales en Europa. Estos misiles, según el presidente ruso, tendrían un tiempo de vuelo de aproximadamente 10 minutos hasta los objetivos en territorio ruso, y podrían ser equipados con ojivas nucleares, lo que agrava aún más las preocupaciones de seguridad del Kremlin.

En su declaración, Putin comparó esta situación con la crisis de misiles de la Guerra Fría, específicamente aludió al despliegue de los lanzadores Pershing II en Europa occidental en 1979, lo que en su momento generó serios temores en la Unión Soviética sobre un ataque preventivo por parte de EE. UU. Este paralelismo histórico subraya la gravedad con la que Moscú percibe la posible militarización de Europa Occidental por parte de Washington.

Además de Alemania, Putin acusó a EE. UU. de aumentar las tensiones globales mediante la transferencia de sistemas de misiles Typhon a Dinamarca y Filipinas. Estos movimientos son percibidos por Rusia como una amenaza directa a su seguridad nacional y a la estabilidad regional en Europa y Asia.

Ante este contexto, Putin reiteró que Rusia podría reanudar la producción de misiles nucleares de medio y corto alcance. La posible reanudación de esta producción se contempla como una respuesta directa a las acciones de EE. UU. y su potencial despliegue de misiles de más de 500 kilómetros de alcance en Europa, una capacidad que adquirieron después de retirarse del Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF) en 2019.

El Tratado INF, firmado en 1987, prohibía a EE. UU. y la Unión Soviética (y posteriormente Rusia) el despliegue de misiles terrestres con alcances entre 500 y 5,500 kilómetros. La retirada de EE. UU. del tratado en 2019 revitalizó las capacidades misilísticas de ambos países, otorgando a EE. UU. la libertad de desarrollar y desplegar armas actualmente prohibidas bajo el acuerdo.

La advertencia de Putin del 28 de julio de 2024 sirve como un recordatorio de las crecientes fricciones entre las dos potencias nucleares y la amenaza de una nueva carrera armamentista si no se toman medidas para reducir las tensiones. La comunidad internacional observa con preocupación la posibilidad de una escalada militar que repercutirá no solo en Europa, sino a nivel global. El Tratado INF, que jugó un papel crucial en la desescalada de durante la Guerra Fría, fue uno de los principales acuerdos de desarme nuclear entre EE. UU. y la Unión Soviética. Su retirada en 2019 marcó un punto de inflexión en las relaciones estratégicas entre EE. UU. y Rusia.

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