El reciente tour por Asia del presidente ruso Vladimir Putin ha desatado una nueva ola de tensiones internacionales debido a su declaración de que Rusia podría empezar a suministrar armas a Corea del Norte. Este anuncio ha generado una "enorme preocupación" en Estados Unidos, según informó Justin McCurry en el diario The Guardian.
El pacto de defensa firmado entre Putin y el líder norcoreano Kim Jong-un estipula que ambos países se proporcionarán asistencia militar inmediata si cualquiera de ellos es atacado. Esta colaboración es vista como una amenaza significativa para la paz y la estabilidad en la península coreana por Estados Unidos, Japón y Corea del Sur.
En un artículo del Seattle Times fechado el 20 de junio de 2024, se destaca que esta amenaza de armar a Corea del Norte se encuentra en respuesta a la continua provisión de sofisticadas armas a Ucrania por parte de Estados Unidos y sus aliados. La intención de Putin de escalar las tensiones es una respuesta directa a las recientes decisiones que permiten a Ucrania atacar territorio ruso con dichas armas.
Asimismo, el presidente ruso lanzó una advertencia explícita a Corea del Sur, señalando que suministrar armas a Ucrania sería un "gran error". Esta advertencia se produce en un contexto en el cual Corea del Sur ha considerado la posibilidad de armar a Ucrania como una respuesta al tratado de defensa ruso-norcoreano. El autor Kelly Ng de la BBC mencionó que Moscú ha indicado su intención de tomar decisiones que no agradarían a Corea del Sur si esta sigue adelante con sus planes.
La preocupación de Estados Unidos y Japón no es infundada. El pacto de defensa y la potencial transferencia de armas entre Rusia y Corea del Norte podrían cambiar drásticamente el equilibrio militar en la región, aumentando la inestabilidad y potencialmente provocando una carrera armamentista.