Rafael Caro Quintero, nacido el 24 de octubre de 1952 en La Noria, Sinaloa, es una figura emblemática del narcotráfico en México y cofundador del Cartel de Guadalajara. Reconocido por su apodo "Narco de Narcos", obtuvo notoriedad en la década de 1980 cuando amasó una inmensa fortuna dirigiendo un imperio que incluía, entre otras propiedades, un rancho en Chihuahua donde se cultivaba marihuana en un área equivalente a 1,000 campos de fútbol.
Su carrera se vio sacudida por el asesinato del agente de la DEA Enrique "Kiki" Camarena en 1985, crimen que lo convirtió en un objetivo principal de las autoridades estadounidenses. Camarena fue asesinado en represalia por la destrucción del rancho de Caro Quintero, hecho que llevó a la persecución intensiva del narcotraficante. Ese mismo año, fue arrestado y condenado a 40 años de prisión en México, pero su liberación en 2013, tras cumplir 28 años, generó controversia. Un tecnicismo legal argumentó que no debía ser procesado en un tribunal federal, lo que derivó en su excarcelación.
A su regreso a la vida fuera de prisión, Caro Quintero buscó retomar su influencia en el narcotráfico, aliándose con otros capos, pero sin éxito en recuperar el poder que ostentó en décadas anteriores. Además, la DEA había infiltrado su círculo cercano, lo que facilitó su posterior captura.
El 28 de febrero de 2025, Caro Quintero fue extraditado a Estados Unidos, acontecimiento que materializó décadas de demandas por parte de la DEA, quienes lo habían incluido en su lista de los fugitivos más buscados. La entrega de Caro Quintero ocurrió bajo estrictas medidas de seguridad y en un contexto de presión política, especialmente durante la administración de Donald Trump, periodo en el cual se intensificaron demandas hacia México para combatir el narcotráfico. Trump llegó a amenazar con imponer aranceles a las exportaciones si no se veía "progresos claros" en materia de seguridad.
Caro Quintero enfrenta múltiples cargos en cortes estadounidenses, incluidos el asesinato de Kiki Camarena y delitos relacionados con el narcotráfico en los estados de Texas, Arizona y Nueva York. Al llegar a Nueva York, fue recibido por un fuerte dispositivo de seguridad encabezado por agentes de la DEA.
La extradición de Caro Quintero es vista como un acto significativo dentro de la cooperación entre México y Estados Unidos en la lucha contra el crimen organizado. Cabe destacar que además de su extradición, otros 28 narcotraficantes de alto perfil, líderes de distintos cárteles, también fueron enviados a Estados Unidos bajo circunstancias similares, en medio de crecientes tensiones sobre la crisis de fentanilo, que ha provocado miles de muertes anualmente en el territorio estadounidense.
Las autoridades estadounidenses han señalado que Caro Quintero afrontará un juicio en el que eventualmente podrían buscarse penas como la cadena perpetua o incluso la pena de muerte, especialmente teniendo en cuenta la gravedad de sus crímenes y las víctimas afectadas. Su extradición cumple una demanda que Estados Unidos exigía desde antes del 1 de julio de 2022, dejando entrever el intensificado escrutinio sobre México en materia de combate al narcotráfico.