La situación en Rafah, una pequeña ciudad en el extremo sur de la Franja de Gaza, ha alcanzado un punto crítico. Con el reciente aumento de los ataques aéreos y la escalada del conflicto en Gaza, Rafah se ha convertido en un refugio para decenas de miles de palestinos desplazados. Estas personas, que han huido de otras partes del sur de Gaza, ahora se encuentran en una ciudad que lucha por acomodar a la creciente población bajo condiciones extremadamente difíciles.
Los residentes de Rafah, que ya enfrentaban desafíos debido a la limitada infraestructura y recursos, ahora deben compartir sus hogares y espacios públicos con familias desplazadas. Las escuelas y refugios de evacuación están abarrotados, y muchas personas se ven obligadas a dormir en las calles. La ciudad, que ya sufría de escasez de combustible, agua y alimentos, ahora enfrenta una crisis humanitaria aún mayor.
Shahd al-Modallal, un residente de Rafah que llegó a la ciudad poco después de que comenzaran los ataques aéreos, describe la situación como insostenible. Con casas construidas para dos familias ahora albergando hasta siete, la ciudad está abrumada por la afluencia de personas. La falta de recursos básicos y la constante amenaza de más ataques aéreos han creado un ambiente de miedo y desesperación.
A pesar de ser designada como una "zona segura" para los evacuados, Rafah no está exenta del peligro. Los ataques aéreos en las cercanías y la posibilidad de que la violencia se intensifique han dejado a los residentes y desplazados con pocas opciones y un futuro incierto. La ciudad, que representa el último refugio para muchos, ahora enfrenta el temor de convertirse en un nuevo frente en el conflicto en curso.