El plan, revelado en una acusación formal ante un tribunal federal estadounidense, describe una conspiración transnacional de tráfico de armas, narcóticos y lavado de dinero, con operaciones que se extendieron por Colombia, Ghana, Marruecos, Líbano, Siria, Kenia, México, Estados Unidos y otros países. La Fiscalía estadounidense acusa a tres individuos: Antoine Kassis, ciudadano libanés con vínculos con miembros del régimen de Bashar al-Assad; Alirio Rafael Quintero, residente en Colombia y México; y Wisam Nagib Kherfan, quien residía en Colombia.
De acuerdo con la acusación, durante la primavera pasada los implicados establecieron un acuerdo para entregar armas del arsenal sirio –previamente provistas por Rusia e Irán al depuesto régimen de Bashar al-Assad– al Ejército de Liberación Nacional (ELN), grupo guerrillero colombiano, a cambio de un cargamento de 500 kilogramos de cocaína camuflados en un contenedor de fruta que sería enviado al puerto sirio de Latakia desde Colombia.
Kassis fue señalado como narcotraficante y operador de una red global de lavado de dinero con base en Líbano, cuyas actividades incluyen nexos con el ELN y el Cártel de Sinaloa en México. Según la fiscalía, tras el derrocamiento de al-Assad en diciembre, Kassis mantenía acceso a las armas pertenecientes al régimen depuesto. Las pruebas indican que se reunió en Kenia con un inspector de armas del ELN para formalizar el acuerdo y coordinar el envío del contenedor cargado con cocaína.
La Fiscalía sostiene que Quintero supervisaba el movimiento de varios millones de dólares entre México, Colombia y Estados Unidos para el Cártel de Sinaloa y blanqueaba fondos provenientes supuestamente del ELN. Se le acusa de utilizar criptomonedas provenientes del ELN para enviarlas a billeteras estadounidenses a nombre de Kherfan, quien posteriormente las convertía en efectivo destinado al pago de armas y facilitaba pagos a pilotos en Ghana y Marruecos para el transporte de armas y drogas.
El documento judicial refleja que las transacciones y hechos investigados ocurrieron entre abril del año pasado y finales de febrero de este año. Las autoridades emitieron órdenes de arresto a principios de febrero.
Antoine Kassis fue detenido por detectives kenianos en un hotel de Nairobi a finales de febrero de este año, tras una notificación de Interpol y una orden judicial de Virginia. Posteriormente, fue extraditado a Estados Unidos y enfrentó su primera comparecencia judicial el pasado viernes. Sus presuntos cómplices, Quintero y Kherfan, enfrentan cargos adicionales de lavado de dinero, aunque las órdenes de arresto en su contra aún están pendientes. Hasta el miércoles, no se conocía información sobre la representación legal de Kassis ni se había hecho contacto con él para obtener declaraciones.
El ELN, fundado en la década de 1960, es el grupo rebelde más grande que opera en Latinoamérica y está involucrado actualmente en conflictos armados en el noreste de Colombia, lo que ha generado el desplazamiento de miles de personas y el incremento de las tensiones fronterizas con Venezuela. De acuerdo con la acusación formal, el ELN está formado con el propósito de derrocar violentamente al gobierno colombiano y comete secuestros, atentados y ataques contra civiles.
El caso subraya preocupaciones internacionales sobre la posible proliferación del arsenal sirio en el mercado criminal global, involucrando fondos ilícitos, transferencias internacionales de drogas y armas, y colaboración entre actores del crimen organizado y estructuras militares desintegradas.