Kazajistán ha iniciado un significativo proyecto de reintroducción de tigres en su territorio, marcando un hito histórico para la biodiversidad del país. Este esfuerzo comenzó el 20 de septiembre de 2024 y está siendo liderado por el gobierno kazajo en colaboración con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El proyecto involucra la reintroducción de dos tigres de Amur, Bodhana y Kuma, una hembra y un macho respectivamente, provenientes de un santuario en los Países Bajos. Estos tigres han sido trasladados a un recinto semi-salvaje de 3 hectáreas en la Reserva Natural de Ile-Balkhash, ubicada en el este de Kazajistán.
El objetivo principal del proyecto es que Bodhana y Kuma se reproduzcan y que sus crías sean liberadas en la naturaleza, constituyendo los primeros tigres salvajes en habitar Kazajistán en más de 70 años. El gobierno y sus socios en el proyecto esperan que la población de tigres salvajes alcance aproximadamente 50 ejemplares para el año 2035.
La reintroducción de los tigres se considera de vital importancia para restaurar el equilibrio ecológico de la región, ya que estos grandes felinos son depredadores clave en sus ecosistemas. Los tigres fueron cazados hasta su extinción local hace más de siete décadas, causando un desbalance en la cadena alimentaria y en los hábitos del ecosistema.
Para facilitar la reintegración de los tigres, se han plantado más de 50 hectáreas de especies de plantas autóctonas como oleaster y sauce, fundamentales para mejorar y restaurar el hábitat. También se están reintroduciendo especies de presa esenciales, tales como el ciervo de Bukhara y el asno salvaje asiático, conocido como Kulan.
Un componente crucial del éxito de este proyecto ha sido la participación de la comunidad local de Auyldastar, residente en las cercanías de la reserva. Los residentes han sido partícipes activos en la restauración del hábitat y en la creación de nuevas oportunidades económicas, incluyendo el desarrollo del ecoturismo. A pesar de una inicial resistencia a la idea de reintroducir un depredador apex, el trabajo conjunto con WWF ha logrado cambiar la percepción local, generando un apoyo significativo al proyecto.
Es importante destacar que los tigres están clasificados como especie en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). A principios del siglo XX, había alrededor de 100,000 tigres en estado salvaje, número que se desplomó a aproximadamente 3,800 en 2016. Sin embargo, se estima que existen alrededor de 20,000 tigres en cautiverio en la actualidad.
Este esfuerzo de reintroducción no solo busca restaurar una población estable de tigres en Kazajistán, sino también revitalizar el ecosistema local y proporcionar beneficios económicos y ambientales a las comunidades que coexisten con estos majestuosos animales. El tigre del Caspio, una subespecie que alguna vez habitó extensas áreas de Asia Central, se extinguió oficialmente en la década de 1960 debido a la caza descontrolada y la pérdida de hábitat. El proyecto actual toma como referencia estos antecedentes históricos para evitar errores del pasado y asegurar una coexistencia sostenible.