En un giro inesperado, los investigadores han descubierto que los humanos urbanizados están perdiendo gradualmente su capacidad para digerir las plantas debido a la disminución en su ingesta de fibra. Un equipo internacional de científicos, liderado por la microbióloga Sarah Moraïs, ha identificado microbios desconocidos hasta ahora en el intestino humano que son capaces de descomponer la celulosa, el compuesto orgánico más abundante en la Tierra y principal componente de la pared celular de las plantas.
Históricamente, se pensaba que los humanos no podían descomponer la celulosa de manera similar a otros mamíferos como vacas y ovejas. Sin embargo, descubrimientos recientes, incluyendo este estudio, han encontrado bacterias en el intestino humano con genes que les permiten digerir estas fibras. Los resultados indican que la diversidad microbiana en nuestros intestinos es mayor de lo que se pensaba, compartiendo características con animales de pastoreo.
El análisis exhaustivo de muestras fecales de humanos de diferentes épocas y regiones ha revelado la presencia de varias especies de microbios que consumen celulosa, previamente no detectadas. Estos microorganismos pertenecen al género Ruminococcus, algunos asociados con mamíferos que rumian y otros exclusivos de humanos y primates. La investigación ha mostrado que estos microbios eran abundantes en muestras de sociedades cazadoras-recolectoras, rurales y de humanos antiguos, pero son raros en las poblaciones modernas industrializadas.