La lucha por la restauración forestal en Costa Rica ha tomado un nuevo aliento con el liderazgo de los pueblos indígenas, en particular la comunidad Cabécar. Doris Ríos, destacada miembro de esta comunidad, ha estado al frente de una campaña para recuperar tierras que habían sido arrebatadas por actividades ganaderas. Este movimiento no solo busca restaurar el ecosistema previamente devastado sino también afirmar la soberanía territorial indígena.
El proyecto ha comenzado con la plantación de guayabos jóvenes en tierras que fueron liberadas de la ocupación ilegítima. Ríos y otras mujeres indígenas han estado trabajando para sanar la tierra, sembrando no solo árboles sino también esperanza para futuras generaciones. El objetivo es claro: devolver la riqueza natural a su estado original y proteger la biodiversidad que caracteriza a Costa Rica.
En un país que se ha convertido en un modelo a seguir debido a su éxito en la reversión de la deforestación, estas acciones cobran especial relevancia. Costa Rica fue el primer país tropical en revertir la tendencia de pérdida forestal a gran escala, destacando por sus políticas de conservación y sus programas de servicios ambientales que compensan a quienes protegen los bosques.
Las experiencias de Ríos reflejan un capítulo importante en la historia de los derechos indígenas y la gestión ambiental en Costa Rica. A través de esfuerzos como el suyo, se ha mostrado que los territorios indígenas frecuentemente exhiben tasas más bajas de deforestación y una regeneración más robusta del bosque, validando la importancia de su gestión en la conservación forestal.