La reunión entre Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, tenía como objetivo primordial discutir un plan sobre el uso conjunto de recursos minerales de Ucrania, presentado por Trump como un posible avance hacia la paz entre Rusia y Ucrania. Sin embargo, el encuentro quedó marcado por desacuerdos que culminaron en un drástico final.
Durante el evento, que se llevó a cabo en Washington el 28 de febrero de 2025, las tensiones escalaron rápidamente. Trump reprochó a Zelenskyy afirmando que Ucrania estaba "jugando con la Tercera Guerra Mundial" y sugirió que las intenciones del líder ucraniano estaban lejos de ser pacíficas. Persistió con señalamientos que daban a entender que Zelenskyy no estaba "listo para la paz". A esto se añadieron críticas dirigidas por el vicepresidente de EE. UU., JD Vance, quien ha cuestionado abiertamente el apoyo militar de Washington hacia Ucrania. La situación alcanzó un punto crítico cuando Zelenskyy invitó a Vance a visitar Ucrania y observar personalmente las consecuencias de la invasión rusa.
El núcleo del desacuerdo giró en torno al plan propuesto por Trump para un fondo de inversión conjunto sobre recursos minerales ubicados en Ucrania, como grafito, litio, metales raros, así como petróleo y gas. Estos recursos, ubicados principalmente en zonas cercanas a las líneas del conflicto con Rusia, generan incertidumbre sobre su aprovechamiento. Si bien Trump consideró el acuerdo como una manera de "compensar" a EE. UU. por su ayuda militar a Ucrania, diversos críticos han señalado que esta propuesta podría tratarse de una presión económica inapropiada hacia un país en conflicto bélico.
Adicionalmente, el presidente ucraniano expresó el descontento de su administración ante lo que interpreta como presiones estadounidenses para aceptar condiciones desfavorables, las cuales, según Zelenskyy, podrían representar una carga que afecte a Ucrania durante varias generaciones. Por su parte, Trump afirmó que su gobierno tomaría acciones más severas y cerraría el apoyo a Ucrania en caso de no lograrse acuerdos específicos.
Este desencuentro denota el deterioro de las relaciones entre ambos mandatarios, que ya habían mostrado signos de tensión desde el primer impeachment de Trump en 2019, relacionado indirectamente con Ucrania. Las diferencias notorias en las posturas sobre solo agravaron las negociaciones. Zelenskyy llegó a la reunión en busca de garantías de seguridad y mayor respaldo militar, pero el resultado fue justamente contrario a sus expectativas.
Un elemento adicional que dio lugar a críticas fue el comentario de Trump respecto al atuendo de Zelenskyy. Desde el inicio de la invasión rusa en 2022, Zelenskyy ha optado por abandonar los trajes formales y emplear vestimenta de estilo militar, lo cual fue señalado negativamente por Trump durante este encuentro.
En un momento donde Ucrania enfrenta desafíos significativos en su conflicto con Rusia y depende en gran medida de la cooperación internacional, el desarrollo fallido de esta cumbre constituye un problema serio. Además, el riesgo de que Washington reconsidere su apoyo militar podría cambiar el curso del conflicto de manera drástica, lo que genera preocupaciones globales respecto a las posibles consecuencias.