El fenómeno del vapeo, con su variedad de sabores atractivos, ha capturado la atención de millones globalmente, promoviendo una imagen de alternativa menos nociva en comparación al tabaco tradicional. Sin embargo, recientes investigaciones sugieren que los componentes químicos de los e-líquidos pueden transformarse en toxinas peligrosas cuando son calentados para su inhalación. Un estudio liderado por el profesor Donal O’Shea, utilizando inteligencia artificial, ha mapeado la transformación química de los sabores más populares en productos de vapeo, identificando la formación de 127 compuestos acutamente tóxicos, 153 riesgos para la salud y 225 irritantes.
Los sabores frutales, que son especialmente populares entre los adolescentes y jóvenes adultos que nunca han fumado, están entre los más perjudiciales. Estos resultados ponen de manifiesto la urgencia de reevaluar la regulación de los productos de vapeo y la seguridad de sus ingredientes. La metodología innovadora de inteligencia artificial empleada en el estudio no solo ha acelerado la investigación, sino que ha permitido una comprensión más profunda de cómo los procesos de calentamiento alteran químicamente los e-líquidos.
Además de los hallazgos sobre los productos químicos peligrosos generados, el estudio también resalta una falta significativa de regulación y control sobre la vasta gama de sabores y productos disponibles en el mercado. Esta falta de control representa un riesgo particularmente alto para las generaciones más jóvenes, quienes podrían estar expuestas a sustancias químicas nocivas sin suficiente advertencia sobre los riesgos asociados.
El debate sobre el vapeo y sus riesgos sigue evolucionando, y aunque algunos defienden su uso como una herramienta para dejar de fumar, cada vez es más evidente que estos productos no están libres de peligros. Las implicaciones a largo plazo para la salud pública, especialmente entre los usuarios jóvenes y no fumadores, requieren una atención urgente y medidas regulatorias más estrictas.