El secretario de Estado Marco Rubio empleó poderes de emergencia para enviar armamento por valor de 4.000 millones de dólares a Israel, ignorando el proceso de revisión del Congreso. Este hecho marca la segunda ocasión en un mes en que la administración Trump recurre a esta medida para enviar material bélico al país.
El Departamento de Estado informó el viernes a los comités de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes y el Senado que supervisan las ventas de armas sobre la declaración de emergencia. Sin embargo, varios asesores del Congreso expresaron preocupación por la omisión del procedimiento habitual de revisión, que generalmente toma hasta 20 días e incluye consultas con los legisladores antes de aprobar cualquier venta.
El equipamiento militar incluye, además de las 35.000 bombas de 2.000 libras, excavadoras, kits de guía GPS y bombas adicionales. De estos, una caja valorada en 2.000 millones de dólares aún no había sido remitida formalmente al Congreso para revisión. Cabe destacar que oficiales militares estadounidenses han manifestado previamente que estas bombas no son adecuadas para el combate urbano, dado el entorno densamente poblado de Gaza, hogar de dos millones de personas.
En su comunicado, Rubio no explicó específicamente las razones de la invocación de la emergencia, pero justificó la decisión como parte del compromiso de Estados Unidos con la seguridad de Israel. Estas acciones ocurren en medio del prolongado conflicto en Gaza, donde las hostilidades han dejado a miles de civiles muertos en ambos bandos. Según el Ministerio de Salud de Gaza, casi 50.000 palestinos han fallecido desde el inicio del ataque israelí tras un ataque liderado por Hamás en octubre de 2023 que resultó en la muerte de 1.200 israelíes.
La reciente medida del secretario de Estado se suma a un precedente similar ocurrido en febrero, cuando se aprobaron 8.000 millones de dólares en armas para Israel, aunque ese paquete inicial había sido aprobado bajo la administración de Joseph Biden. La declaración del sábado de Rubio contradijó esta cronología, atribuyendo la gestión del paquete a la administración Trump y afirmando incorrectamente que revertía un “embargo parcial de armas” de Biden hacia Israel.
Entretanto, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunció el domingo una suspensión del suministro de bienes y ayuda humanitaria a Gaza, supuestamente para presionar a Hamás a aceptar una extensión temporal del alto el fuego. Algunos observadores legales internacionales han señalado que esta suspensión podría violar el derecho internacional. Por su parte, Hamás mantiene a decenas de israelíes como rehenes tras el bombardeo que lideró en octubre.
La presión política dentro de Estados Unidos también permanece en el centro del debate, con funcionarios como Gregory W. Meeks, demócrata de Nueva York, expresando su deseo de continuar con la revisión informal de ventas previas de armas a Israel en enero. Esto no impidió que la administración Trump eludiera al Congreso y autorizara el paquete en cuestión.
Desde el inicio del conflicto en Gaza, la administración estadounidense ha sido objeto de críticas por diferentes decisiones, incluidas las aprobaciones de armamento al cercano oriente y los sucesivos envíos de bombas. Funcionarios del Departamento de Estado bajo la dirección de Biden también negaron previamente licencias para la compra de armas, como 24.000 fusiles de asalto, por temor a un mayor escalamiento en áreas como Cisjordania.
El uso de poderes de emergencia por parte de la administración Trump también tiene precedentes en el primer mandato de Donald Trump, cuando se justificaron envíos similares de armas hacia Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos. El conflicto en Gaza ocurre en una franja de territorio que, aunque es comparable en tamaño a la ciudad de Las Vegas, alberga aproximadamente a dos millones de personas, lo que lo convierte en una de las áreas más densamente pobladas del mundo.
El secretario de Estado Marco Rubio empleó poderes de emergencia para enviar armamento por valor de 4.000 millones de dólares a Israel, ignorando el proceso de revisión del Congreso. Este hecho marca la segunda ocasión en un mes en que la administración Trump recurre a esta medida para enviar material bélico al país.
El Departamento de Estado informó el viernes a los comités de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes y el Senado que supervisan las ventas de armas sobre la declaración de emergencia. Sin embargo, varios asesores del Congreso expresaron preocupación por la omisión del procedimiento habitual de revisión, que generalmente toma hasta 20 días e incluye consultas con los legisladores antes de aprobar cualquier venta.
El equipamiento militar incluye, además de las 35.000 bombas de 2.000 libras, excavadoras, kits de guía GPS y bombas adicionales. De estos, una caja valorada en 2.000 millones de dólares aún no había sido remitida formalmente al Congreso para revisión. Cabe destacar que oficiales militares estadounidenses han manifestado previamente que estas bombas no son adecuadas para el combate urbano, dado el entorno densamente poblado de Gaza, hogar de dos millones de personas.
En su comunicado, Rubio no explicó específicamente las razones de la invocación de la emergencia, pero justificó la decisión como parte del compromiso de Estados Unidos con la seguridad de Israel. Estas acciones ocurren en medio del prolongado conflicto en Gaza, donde las hostilidades han dejado a miles de civiles muertos en ambos bandos. Según el Ministerio de Salud de Gaza, casi 50.000 palestinos han fallecido desde el inicio del ataque israelí tras un ataque liderado por Hamás en octubre de 2023 que resultó en la muerte de 1.200 israelíes.
La reciente medida del secretario de Estado se suma a un precedente similar ocurrido en febrero, cuando se aprobaron 8.000 millones de dólares en armas para Israel, aunque ese paquete inicial había sido aprobado bajo la administración de Joseph Biden. La declaración del sábado de Rubio contradijó esta cronología, atribuyendo la gestión del paquete a la administración Trump y afirmando incorrectamente que revertía un “embargo parcial de armas” de Biden hacia Israel.
Entretanto, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunció el domingo una suspensión del suministro de bienes y ayuda humanitaria a Gaza, supuestamente para presionar a Hamás a aceptar una extensión temporal del alto el fuego. Algunos observadores legales internacionales han señalado que esta suspensión podría violar el derecho internacional. Por su parte, Hamás mantiene a decenas de israelíes como rehenes tras el bombardeo que lideró en octubre.
La presión política dentro de Estados Unidos también permanece en el centro del debate, con funcionarios como Gregory W. Meeks, demócrata de Nueva York, expresando su deseo de continuar con la revisión informal de ventas previas de armas a Israel en enero. Esto no impidió que la administración Trump eludiera al Congreso y autorizara el paquete en cuestión.
Desde el inicio del conflicto en Gaza, la administración estadounidense ha sido objeto de críticas por diferentes decisiones, incluidas las aprobaciones de armamento al cercano oriente y los sucesivos envíos de bombas. Funcionarios del Departamento de Estado bajo la dirección de Biden también negaron previamente licencias para la compra de armas, como 24.000 fusiles de asalto, por temor a un mayor escalamiento en áreas como Cisjordania.
El uso de poderes de emergencia por parte de la administración Trump también tiene precedentes en el primer mandato de Donald Trump, cuando se justificaron envíos similares de armas hacia Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos. El conflicto en Gaza ocurre en una franja de territorio que, aunque es comparable en tamaño a la ciudad de Las Vegas, alberga aproximadamente a dos millones de personas, lo que lo convierte en una de las áreas más densamente pobladas del mundo.