El 30 de septiembre de 2024, el presidente ruso Vladimir Putin firmó un decreto que ordena la conscripción de más de 130,000 jóvenes rusos de entre 18 y 30 años para el servicio militar antes de fin de año. Este nuevo llamado de conscripción se suma a los 150,000 hombres que fueron reclutados durante la conscripción de primavera.
Además de este aumento en el número de reclutas, el Kremlin ha formalizado un incremento del 15% en el personal militar, elevando la cifra de 1.32 millones a 1.5 millones de soldados. Esto significa que uno de cada 50 trabajadores en Rusia estará en el ejército, convirtiéndolo en el segundo más grande del mundo, detrás del ejército chino.
Se espera que el gasto militar para 2025 represente casi un tercio (32%) del gasto federal total del país, que asciende a 41.5 billones de rublos. Este aumento significativo se produce después de un crecimiento del 70% en el presupuesto de defensa en 2024, el cual representó el 8.7% del PIB de Rusia.
En el contexto del conflicto en Ucrania, las fuerzas armadas rusas han estado bajo considerable presión, especialmente tras la expansión del conflicto hacia regiones rusas como Kursk. A pesar de las promesas del Estado Mayor de que los nuevos reclutas no serán enviados a las zonas de "operaciones especiales", ha habido informes de familias que han visto a sus hijos enviados al frente de batalla.
El proceso para la aprobación final del presupuesto de defensa en el Parlamento ruso y la posterior firma del presidente se espera que se una mera formalidad, sin debate significativo.
Este aumento en el presupuesto de defensa refuerza la percepción de que Rusia está comprometida a mantener y potenciar sus operaciones militares a pesar de los considerables costos humanos y económicos involucrados.