La campaña “Adoptaxolotl”, impulsada por ecologistas de la Universidad Nacional Autónoma de México, busca recaudar fondos para la conservación del axolote, un tipo de salamandra parecida a un pez y emblemática de México. Por una donación mínima de 600 pesos (aproximadamente 35 dólares), los participantes pueden adoptar virtualmente a uno de estos “monstruos del agua”, recibiendo actualizaciones sobre su salud. La campaña también ofrece la opción de comprar una cena virtual para los axolotes.
En su hábitat principal, la densidad de población de los axolotes mexicanos ha disminuido en un 99.5% en menos de dos décadas. La campaña del año pasado recaudó más de 450,000 pesos (alrededor de 26,300 dólares) para un programa de cría en cautiverio y esfuerzos de restauración del hábitat en los canales aztecas de Xochimilco, al sur de la Ciudad de México. Sin embargo, los recursos siguen siendo insuficientes para una investigación exhaustiva, según Alejandro Calzada, ecólogo que estudia especies menos conocidas de axolotes para el departamento de medio ambiente del gobierno.
A pesar de su creciente popularidad, casi todas las 18 especies de axolote en México están en peligro crítico, amenazadas por la contaminación del agua, un hongo mortal para los anfibios y truchas arcoíris no nativas. Científicos de la Universidad Nacional Autónoma han encontrado que, donde antes se podían encontrar 6,000 axolotes por kilómetro cuadrado, ahora solo hay 36. Un estudio internacional más reciente encontró menos de mil axolotes mexicanos en la naturaleza.