El 14 de mayo de 2025, el Senado de Colombia votó en contra de la consulta popular promovida por el presidente Gustavo Petro, que incluía 12 preguntas dirigidas a los ciudadanos sobre la reforma laboral. El resultado de la sesión, que contó con la presencia de 94 senadores, culminó con 49 votos en contra y 45 a favor de la iniciativa del gobierno nacional.
La propuesta de consulta tuvo como objetivo brindar a la ciudadanía la posibilidad de pronunciarse sobre aspectos clave para la reforma laboral, entre los que se incluían el incremento de recargos nocturnos y dominicales, la ampliación de licencias laborales y mejoras en las condiciones de contratación. Sin embargo, la oposición política, encabezada por el Centro Democrático y respaldada por otros partidos, sostuvo que el Ejecutivo ya contaba con los mecanismos necesarios para modificar la legislación laboral sin acudir a un referéndum y consideró innecesaria la consulta.
La votación estuvo marcada por episodios de fuerte tensión y discusiones entre los senadores. Durante la sesión, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, tuvo que salir escoltado por efectivos de la policía al registrarse enfrentamientos verbales y señalamientos por parte de legisladores del Pacto Histórico y miembros de la oposición. Hubo confusión en torno al conteo de votos y la claridad del procedimiento, lo que llevó a denuncias públicas formuladas por integrantes del gobierno.
Tras el rechazo de la consulta, Gustavo Petro señaló irregularidades y acusó a Efraín Cepeda de "manipular" la votación al cerrar el registro de votos cuando presuntamente existía una mayoría a favor de la consulta. El ministro del Interior, Armando Benedetti, calificó el proceso como "fraudulento" argumentando que no se garantizó la transparencia. En respuesta a esta serie de acontecimientos, el mandatario convocó a movilizaciones de trabajadores para exigir un avance en la agenda laboral del gobierno.
El rechazo en el Senado constituye una de las derrotas parlamentarias más significativas para el gobierno Petro en la actual legislatura y deja en el limbo la posibilidad de reactivar la reforma laboral, la cual ya había sido hundida previamente en la Comisión Séptima del Senado. Con 49 senadores oponiéndose frente a 45 que votaron a favor, la postura de la oposición se mantuvo firme, solicitando al Ejecutivo la búsqueda de alternativas en la implementación de sus propuestas sin recurrir a mecanismos de consulta popular.
Ante este panorama legislativo adverso, el futuro de la reforma laboral impulsada por el Ejecutivo queda incierto y depende de la capacidad del gobierno para encontrar nuevas vías que permitan su discusión y posible aprobación en el Congreso.