Un estudio reciente revela que el calentamiento global podría forzar a las serpientes venenosas a migrar en gran escala hacia nuevas regiones, potencialmente exponiendo a países con recursos limitados a un mayor riesgo de mordeduras. Los investigadores identificaron que naciones como Nepal, Níger, Namibia, China y Myanmar podrían enfrentar un aumento en las especies de serpientes venenosas procedentes de países vecinos. Este cambio de distribución geográfica se debe a la búsqueda de las serpientes de climas más favorables para su supervivencia, alterando así el equilibrio ecológico y de salud pública en las regiones afectadas.
Los hallazgos, publicados en la revista Lancet Planetary Health, sugieren que, mientras algunas especies experimentarán una contracción en sus hábitats naturales, otras, como la víbora gaboon de África Occidental, podrían expandir su alcance hasta en un 250%. Estas migraciones no solo alteran la biodiversidad local sino que también aumentan los encuentros entre humanos y serpientes, elevando el número de incidentes de mordeduras, especialmente en zonas rurales donde la asistencia médica es escasa.
Los expertos advierten que la adaptación de ciertas especies a los paisajes agrícolas puede facilitar su proliferación en nuevos entornos, lo que requiere una mayor atención en la gestión de la salud y seguridad pública. Además, el impacto sobre la salud pública no se limita solo a las mordeduras, sino también a la posible pérdida de recursos genéticos valiosos que estas serpientes representan, lo que subraya la necesidad de una planificación y colaboración transfronteriza más efectivas para mitigar estos riesgos.
El estudio también resalta la urgencia de integrar las previsiones climáticas en las políticas de salud pública y conservación de la biodiversidad, proponiendo que los países con alta carga de mordeduras de serpiente colaboren más estrechamente con sus vecinos para prepararse mejor ante estos cambios.