A medida que se acercan las elecciones presidenciales en Venezuela, el derecho al voto para quienes residen en el extranjero se ha visto drásticamente restringido. A pesar de que son aproximadamente cinco millones de venezolanos los que tendrían derecho a votar fuera de Venezuela, solo 69,000 están registrados para ejercer este derecho en las elecciones del próximo 28 de julio de 2024. Esto equivale tan solo al 1% de la población elegible.
Nicolás Maduro, actual presidente de Venezuela, busca su segunda reelección frente al opositor Edmundo González Urrutia en un contexto marcado por duras críticas a la transparencia y la inclusión en el proceso electoral.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha sido objeto de cuestionamientos serios debido al establecimiento de un periodo de registro extremadamente corto, de solo 30 días. En comparación con elecciones anteriores, este lapso se redujo significativamente, y en muchas oficinas diplomáticas el plazo fue aún menor, lo que impidió que muchos potenciales votantes pudieran inscribirse. Además, la exigencia de un pasaporte vigente complicó aún más la situación, debido a los altos costos y la dificultad de renovación de este documento en Venezuela.
La situación varía considerablemente según el país de residencia de los venezolanos en el extranjero. En Colombia, por ejemplo, de 2,813,997 venezolanos registrados solo 7,012 podrán votar. Las mesas de votación se limitarán a Bogotá, Medellín, Barranquilla, Cartagena, Riohacha y Cúcuta.
En Perú, que alberga aproximadamente a 1.1 millones de venezolanos, con estimaciones de ONG que elevan dicha cifra a 1.5 millones, solo 659 individuos podrán ejercer su derecho al voto. Las restricciones se deben al coste elevado del pasaporte y a los requisitos de residencia permanente.
Argentina, con más de 200,000 venezolanos, verá a apenas 2,638 de ellos con la posibilidad de votar. La inscripción para votar se limitó a un periodo de diez días, lo que resultó en largas esperas y grandes frustraciones por parte de aquellos que intentaban registrarse.En Ecuador, alrededor de 100,000 venezolanos que esperaban registrarse quedaron fuera del proceso cuando los consulados cerraron antes del plazo anunciado.
Estas elecciones son vistas como un punto crucial para el futuro político del país. La oposición intenta movilizar a los votantes en el exterior pese a las restricciones. La crisis económica y social en Venezuela ha llevado a una migración masiva de venezolanos, que ya supera los 7.7 millones desde 2014, haciendo más relevante la participación de la diáspora en el proceso electoral.
El actual escenario electoral ha sido interpretado por muchos como un esfuerzo del gobierno para limitar la participación de los venezolanos en el exterior, lo que puede influir no solo en los resultados de las elecciones presidencial sino también en la percepción de la legitimidad del proceso. Analistas internacionales y organizaciones defensoras de derechos electores han expresado su preocupación por esta situación, llamando a una revisión de los procesos que permitan una mayor inclusión de los votantes en la diáspora.
La diáspora venezolana es una de las más grandes del mundo, con más de 7.7 millones de personas que han dejado el país desde 2014 debido a la crisis económica y social.