La compañía SpaceX de Elon Musk, conocida por su innovación tecnológica en la industria aeroespacial, está en el centro de una convergencia estratégica impulsada por la administración Trump y un entorno gubernamental favorable que involucra políticas, nombramientos y medidas que otorgan ventajas significativas a la empresa de Musk. A través de facilitaciones en órganos esenciales como el Departamento de Defensa, la NASA, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) y la Administración Federal de Aviación (FAA), se han asegurado oportunidades contractuales multimillonarias.
En el Departamento de Defensa, SpaceX está posicionada como una solución revolucionaria para el transporte de carga militar global. Un ejemplo de ello es un contrato de 102 millones de dólares otorgado para estudiar cómo la nave Starship podría entregar 100 toneladas de equipo militar en cualquier rincón del planeta en apenas 90 minutos, comparado con un día completo utilizando los aviones de carga actuales. Paralelamente, proyectos como "Golden Dome," destinados a defensa contra misiles, que podrían alcanzar 100.000 millones de dólares anuales en costos, también favorecen significativamente a SpaceX.

Por otro lado, en el ámbito de las telecomunicaciones, el servicio de internet satelital Starlink, operacional con más de 4.000 satélites en órbita, busca ampliar su espectro y cobertura en colaboración con la FCC. Actualmente, este servicio será elegible para acceder al programa federal de banda ancha rural, gestionado por el Departamento de Comercio, que maneja un presupuesto de 42 mil millones de dólares. Esta política marca un cambio tras la exclusión de Starlink durante la administración Biden, otorgándole ahora una posición ventajosa en áreas rurales de Estados Unidos a pesar de las críticas de sus competidores en la industria de telecomunicaciones. La FCC ya ha aprobado, este mes, la ampliación de potencia de satélites para eliminar zonas muertas móviles.
En cuanto a la NASA, la agencia espacial se ha convertido en uno de los aliados más importantes para SpaceX, al haber entregado 13.000 millones de dólares en contratos durante la última década. La llegada de Jared Isaacman, empresario y socio comercial de Musk, como probable director de la NASA también podría influir en la expansión de proyectos como Artemis, relacionado con la exploración lunar, y nuevas misiones hacia Marte en un futuro cercano, considerando que Musk estima una misión humana a Marte para 2029, con su ya famoso optimismo de fechas.
El uso de propiedad federal y los apoyos han sido una constante en esta estrategia global. La FAA avanzó este mes en un acuerdo que permitirá a SpaceX aumentar a 120 los lanzamientos anuales de su cohete Falcon 9 en la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, Florida; más del doble de los permitidos anteriormente. Además, Starlink ya cuenta con instalaciones dentro de la Casa Blanca y varias oficinas gubernamentales clave, lo que incrementa su influencia.

El aspecto ético y de conflicto de intereses ha generado dudas. Varios exfuncionarios, como Douglas Loverro, han destacado la validez tecnológica de SpaceX, pero otros observadores, como Danielle Brian, del Proyecto de Supervisión Gubernamental, subrayan la desprotección que supone la falta de oficinas encargadas de investigar posibles irregularidades tras despidos durante la administración Trump. "El abuso de poder y la corrupción que se está extendiendo en las agencias federales debido a los roles duales de Musk es horrible", mencionó Brian.
Finalmente, SpaceX continúa siendo pionera en desarrollos espaciales y gubernamentales, con 344 contratos ya adjudicados para el año fiscal 2024 y acumulando compromisos de 3.800 millones de dólares. Sin embargo, su relación estrecha con ciertos políticos y la presencia de empleados clave en agencias gubernamentales han alimentado un debate persistente en torno a la ética y la competencia justa en los procesos de contratación.
En los últimos diez años, la NASA ha invertido más dinero en SpaceX que en cualquier otro contratista privado, sumando 13.000 millones de dólares, superando incluso las cifras que destina el Pentágono a la misma compañía.