El Ártico ha registrado un evento de calentamiento extremo, con temperaturas superiores en más de 20 °C al promedio registrado entre 1991 y 2020. El pasado sábado, en regiones al norte de Svalbard, Noruega, los termómetros alcanzaron temperaturas 18 °C por encima del promedio, aproximándose al punto de fusión del hielo (0 °C). Para el domingo, las temperaturas se elevaron aún más, marcando más de 20 °C por encima del promedio diario.
Este fenómeno ha sido descrito como un “evento de calentamiento invernal muy extremo” por Mika Rantanen, científico del Instituto Meteorológico de Finlandia. Aunque no se considera el evento más extremo registrado en la región, se encuentra en el límite superior de lo que ha sido observado hasta ahora. Desde la era preindustrial, la temperatura global ha aumentado en aproximadamente 1.3 °C debido a la quema de combustibles fósiles, pero las áreas polares están experimentando un calentamiento significativamente más rápido debido a la rápida desaparición del hielo marino, que originalmente actuaba como un reflector natural del calor.
Julien Nicolas, del Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea, explicó que este incremento inusual de temperaturas en pleno invierno polar está relacionado con un sistema de baja presión profundo situado sobre Islandia. Este sistema ha generado un flujo constante de aire cálido hacia el Polo Norte. Además, las altas temperaturas oceánicas en el noreste del Atlántico han intensificado este fenómeno, sumándose al calentamiento impulsado por el viento.
Los datos registrados por el programa Copernicus muestran temperaturas absolutas superiores a -1 °C en latitudes extremas como 87°N, mientras que una boya de nieve en el Ártico documentó 0.5 °C, una cifra alarmante en pleno invierno polar. Sin embargo, los expertos señalan que, debido a la ausencia de estaciones meteorológicas en varias zonas remotas del Ártico central, resulta difícil estimar con precisión el alcance total de la anomalía térmica.
Desde 1979, el Ártico se ha calentado casi cuatro veces más rápido que el promedio global, un proceso que ha hecho que eventos climáticos extremos sean cada vez más habituales y de mayor magnitud. Las temperaturas que superan el punto de congelación suponen un impacto directo en el derretimiento del hielo marino, una de las mayores preocupaciones para los científicos climáticos. Dirk Notz, de la Universidad de Hamburgo, subrayó que, incluso si se logran recortes drásticos en las emisiones de gases de efecto invernadero, el hielo marino del Ártico podría desaparecer en los veranos de las próximas dos décadas.
Un estudio reciente coescrito por Notz en 2023 concluyó que el derretimiento del hielo marino es inexorable ante el continúa aumento de las temperaturas globales. Las consecuencias de este deshielo son cruciales, ya que afectan la dinámica climática global, la biodiversidad del Ártico y la estabilidad de las comunidades que dependen de estas áreas para su subsistencia.