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Tensiones en Groenlandia por apertura de yacimiento de tierras raras y su impacto en comunidades locales

El yacimiento de Kvanefjeld, ubicado en Narsaq, Groenlandia, es el centro de un conflicto minero de gran magnitud. Considerado el segundo mayor depósito de tierras raras y el sexto de uranio a nivel mundial, este sitio ha desencadenado disputas legales y geopolíticas tras la prohibición de la minería de uranio en 2021. Una demanda de 11.5 mil millones de dólares de la empresa australiana Energy Transition Minerals complica aún más la situación.

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Tensiones en Groenlandia por apertura de yacimiento de tierras raras y su impacto en comunidades locales

El yacimiento de Kvanefjeld, ubicado en Narsaq, Groenlandia, es el centro de un conflicto minero de gran magnitud. Considerado el segundo mayor depósito de tierras raras y el sexto de uranio a nivel mundial, este sitio ha desencadenado disputas legales y geopolíticas tras la prohibición de la minería de uranio en 2021. Una demanda de 11.5 mil millones de dólares de la empresa australiana Energy Transition Minerals complica aún más la situación.

“La proximidad del yacimiento amenaza nuestra forma de vida basada en la caza y la pesca”

– Expresó Ane Egede, residente de Narsaq.

20/3/2025

El yacimiento de Kvanefjeld, también conocido como Kuannersuit en groenlandés, se encuentra en la localidad de Narsaq, Groenlandia, y ha generado gran controversia en los últimos años debido a su riqueza mineral. Este depósito, parte del complejo Ilímaussaq, es reconocido como el segundo mayor del mundo en reservas de tierras raras y el sexto en uranio, elementos cruciales para la tecnología avanzada y la energía nuclear.

Con una población aproximada de 1,300 personas, Narsaq se enfrenta a las implicaciones ambientales y sociales que la minería conllevaría. La empresa australiana Energy Transition Minerals (ETM), previamente llamada Greenland Minerals, tenía una licencia para explotar este yacimiento. Sin embargo, la situación cambió drásticamente en 2021, luego de que Groenlandia, tras elecciones locales, prohibiera la minería de uranio, decisión que invalidó la licencia de explotación de ETM.

En respuesta, la compañía presentó una demanda contra el gobierno de Groenlandia exigiendo hasta 11.5 mil millones de dólares en compensación o, en su defecto, el derecho a continuar con la explotación del yacimiento. La resolución de este caso, actualmente en proceso de arbitraje internacional, podría sentar un precedente significativo para la región.

El contexto político también añade complejidad al tema. La administración estadounidense, especialmente bajo el mandato del expresidente Donald Trump, manifestó en su momento un notable interés geopolítico en Groenlandia, llegando incluso a discutir la posibilidad de adquirir la isla. Esto, sumado a las recientes elecciones locales del 11 de marzo de 2025, donde el partido Demócrata, de centro-derecha, intenta formar una coalición, podría influir en la postura del gobierno con respecto a la minería.

Los residentes locales, como Ane Egede, han expresado serias preocupaciones sobre los riesgos para la salud pública y el medio ambiente, ante la posibilidad de exposición a materiales radiactivos y contaminación. La comunidad depende en gran medida de actividades tradicionales como la caza y pesca, lo que los hace especialmente vulnerables a cualquier impacto adverso en su entorno.

Además de Kvanefjeld, la región de Groenlandia alberga otras importantes reservas minerales. El depósito de Motzfeldt, donde también se encuentran minerales como niobio y tantalio, no está sujeto a las mismas restricciones de minería por la naturaleza de los elementos encontrados allí.

Este caso no solo representa un choque entre los intereses económicos de empresas internacionales y la soberanía política de Groenlandia, sino también un conflicto entre el desarrollo industrial y la preservación del medio ambiente y las tradiciones locales. La decisión final sobre el arbitraje determinará el futuro del yacimiento de Kvanefjeld y marcará el rumbo de la minería en la isla.

Groenlandia es hogar de uno de los depósitos más ricos en tierras raras, elementos clave para la fabricación de productos tecnológicos como teléfonos inteligentes, imanes y baterías de vehículos eléctricos.

Algo Curioso

“La proximidad del yacimiento amenaza nuestra forma de vida basada en la caza y la pesca”

– Expresó Ane Egede, residente de Narsaq.

Mar 20, 2025
Colglobal News

El yacimiento de Kvanefjeld, también conocido como Kuannersuit en groenlandés, se encuentra en la localidad de Narsaq, Groenlandia, y ha generado gran controversia en los últimos años debido a su riqueza mineral. Este depósito, parte del complejo Ilímaussaq, es reconocido como el segundo mayor del mundo en reservas de tierras raras y el sexto en uranio, elementos cruciales para la tecnología avanzada y la energía nuclear.

Con una población aproximada de 1,300 personas, Narsaq se enfrenta a las implicaciones ambientales y sociales que la minería conllevaría. La empresa australiana Energy Transition Minerals (ETM), previamente llamada Greenland Minerals, tenía una licencia para explotar este yacimiento. Sin embargo, la situación cambió drásticamente en 2021, luego de que Groenlandia, tras elecciones locales, prohibiera la minería de uranio, decisión que invalidó la licencia de explotación de ETM.

En respuesta, la compañía presentó una demanda contra el gobierno de Groenlandia exigiendo hasta 11.5 mil millones de dólares en compensación o, en su defecto, el derecho a continuar con la explotación del yacimiento. La resolución de este caso, actualmente en proceso de arbitraje internacional, podría sentar un precedente significativo para la región.

El contexto político también añade complejidad al tema. La administración estadounidense, especialmente bajo el mandato del expresidente Donald Trump, manifestó en su momento un notable interés geopolítico en Groenlandia, llegando incluso a discutir la posibilidad de adquirir la isla. Esto, sumado a las recientes elecciones locales del 11 de marzo de 2025, donde el partido Demócrata, de centro-derecha, intenta formar una coalición, podría influir en la postura del gobierno con respecto a la minería.

Los residentes locales, como Ane Egede, han expresado serias preocupaciones sobre los riesgos para la salud pública y el medio ambiente, ante la posibilidad de exposición a materiales radiactivos y contaminación. La comunidad depende en gran medida de actividades tradicionales como la caza y pesca, lo que los hace especialmente vulnerables a cualquier impacto adverso en su entorno.

Además de Kvanefjeld, la región de Groenlandia alberga otras importantes reservas minerales. El depósito de Motzfeldt, donde también se encuentran minerales como niobio y tantalio, no está sujeto a las mismas restricciones de minería por la naturaleza de los elementos encontrados allí.

Este caso no solo representa un choque entre los intereses económicos de empresas internacionales y la soberanía política de Groenlandia, sino también un conflicto entre el desarrollo industrial y la preservación del medio ambiente y las tradiciones locales. La decisión final sobre el arbitraje determinará el futuro del yacimiento de Kvanefjeld y marcará el rumbo de la minería en la isla.

Groenlandia es hogar de uno de los depósitos más ricos en tierras raras, elementos clave para la fabricación de productos tecnológicos como teléfonos inteligentes, imanes y baterías de vehículos eléctricos.

El yacimiento de Kvanefjeld, también conocido como Kuannersuit en groenlandés, se encuentra en la localidad de Narsaq, Groenlandia, y ha generado gran controversia en los últimos años debido a su riqueza mineral. Este depósito, parte del complejo Ilímaussaq, es reconocido como el segundo mayor del mundo en reservas de tierras raras y el sexto en uranio, elementos cruciales para la tecnología avanzada y la energía nuclear.

Con una población aproximada de 1,300 personas, Narsaq se enfrenta a las implicaciones ambientales y sociales que la minería conllevaría. La empresa australiana Energy Transition Minerals (ETM), previamente llamada Greenland Minerals, tenía una licencia para explotar este yacimiento. Sin embargo, la situación cambió drásticamente en 2021, luego de que Groenlandia, tras elecciones locales, prohibiera la minería de uranio, decisión que invalidó la licencia de explotación de ETM.

En respuesta, la compañía presentó una demanda contra el gobierno de Groenlandia exigiendo hasta 11.5 mil millones de dólares en compensación o, en su defecto, el derecho a continuar con la explotación del yacimiento. La resolución de este caso, actualmente en proceso de arbitraje internacional, podría sentar un precedente significativo para la región.

El contexto político también añade complejidad al tema. La administración estadounidense, especialmente bajo el mandato del expresidente Donald Trump, manifestó en su momento un notable interés geopolítico en Groenlandia, llegando incluso a discutir la posibilidad de adquirir la isla. Esto, sumado a las recientes elecciones locales del 11 de marzo de 2025, donde el partido Demócrata, de centro-derecha, intenta formar una coalición, podría influir en la postura del gobierno con respecto a la minería.

Los residentes locales, como Ane Egede, han expresado serias preocupaciones sobre los riesgos para la salud pública y el medio ambiente, ante la posibilidad de exposición a materiales radiactivos y contaminación. La comunidad depende en gran medida de actividades tradicionales como la caza y pesca, lo que los hace especialmente vulnerables a cualquier impacto adverso en su entorno.

Además de Kvanefjeld, la región de Groenlandia alberga otras importantes reservas minerales. El depósito de Motzfeldt, donde también se encuentran minerales como niobio y tantalio, no está sujeto a las mismas restricciones de minería por la naturaleza de los elementos encontrados allí.

Este caso no solo representa un choque entre los intereses económicos de empresas internacionales y la soberanía política de Groenlandia, sino también un conflicto entre el desarrollo industrial y la preservación del medio ambiente y las tradiciones locales. La decisión final sobre el arbitraje determinará el futuro del yacimiento de Kvanefjeld y marcará el rumbo de la minería en la isla.

Groenlandia es hogar de uno de los depósitos más ricos en tierras raras, elementos clave para la fabricación de productos tecnológicos como teléfonos inteligentes, imanes y baterías de vehículos eléctricos.

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