Las recientes declaraciones del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, han revelado una brecha significativa en las relaciones entre EE.UU. e Israel. En un evento con donantes demócratas en Washington, Biden expresó su preocupación por la postura del gobierno israelí y sugirió que el primer ministro Netanyahu necesitaba cambiar su enfoque. Biden describió al gobierno actual de Israel como el "más conservador en la historia de Israel", destacando las dificultades que esto representa para Netanyahu.
Biden advirtió que el apoyo internacional para la campaña militar de Israel está disminuyendo debido al intenso bombardeo de Gaza. Subrayó que el gobierno israelí "no quiere una solución de dos estados", una postura que complica aún más la situación. Estas declaraciones de Biden son algunas de las más directas hasta la fecha sobre las diferencias persistentes entre Israel y su principal aliado internacional.
Por otro lado, Netanyahu, hablando antes de los comentarios de Biden, admitió desacuerdos con el presidente estadounidense sobre el futuro de Gaza después de la guerra. En una declaración, Netanyahu expresó su esperanza de llegar a un acuerdo con EE.UU. sobre este tema, aunque rechazó la idea de permitir la entrada a Gaza de aquellos que educan, apoyan y financian el terrorismo.