Aissam Dam, un niño de 11 años de origen marroquí que vive en Barcelona, ha experimentado un cambio de vida radical tras someterse a una terapia génica en el Hospital Infantil de Filadelfia, Estados Unidos. Nacido con una forma de sordera congénita extremadamente rara, causada por una mutación en el gen de la otoferlina, Aissam nunca había escuchado sonido alguno en su vida. Esta condición afecta aproximadamente a 200.000 personas en todo el mundo, lo que la convierte en una anomalía genética poco común.
El tratamiento, una primicia en Estados Unidos, fue llevado a cabo el 4 de octubre del año pasado. Consistió en la inyección de un virus inofensivo modificado para transportar copias funcionales del gen de la otoferlina en el líquido interno de la cóclea de Aissam. Este procedimiento tenía como objetivo que las células ciliadas del oído interno del niño comenzaran a producir la proteína necesaria para convertir las vibraciones sonoras en señales químicas que se envían al cerebro.

Casi cuatro meses después del tratamiento, los resultados han sido asombrosos. La audición de Aissam ha mejorado significativamente, pasando de una sordera profunda a una pérdida auditiva de leve a moderada. Este avance representa una esperanza no solo para Aissam, sino también para pacientes de todo el mundo con pérdida de audición causada por mutaciones genéticas.
Sin embargo, a pesar de este éxito, existen limitaciones. Aissam, que creció en un entorno de silencio absoluto y se comunicaba mediante un lenguaje de signos inventado, podría enfrentar desafíos para aprender a hablar. La ventana del cerebro para adquirir el habla se cierra aproximadamente a los cinco años, lo que significa que, aunque ahora puede oír, Aissam quizás nunca logre hablar como lo hacen las personas que han escuchado desde su nacimiento.