Las fuerzas israelíes han intensificado sus operaciones en Rafah, una ciudad ubicada en la Franja de Gaza, resultando en la muerte de al menos 45 personas debido a un ataque aéreo que provocó un incendio devastador. Los ataques han generado un éxodo masivo de aproximadamente un millón de palestinos desde principios de mayo, buscando refugio en medio de la violencia creciente. Esta ofensiva se produjo después de que Hamas lanzara ataques transfronterizos, lo que llevó a Israel a emprender una campaña militar extensa para erradicar a los combatientes del grupo en la región.
La situación en Rafah ha captado la atención internacional, con líderes globales y organismos internacionales expresando su condena y preocupaciones. Recientemente, España, Irlanda, y Noruega han reconocido formalmente al estado de Palestina, un gesto simbólico que busca apoyar la autodeterminación palestina en medio de la devastación. Esta acción es un reflejo del creciente descontento global con las tácticas empleadas por Israel en la Franja de Gaza.
El Consejo de Seguridad de la ONU ha convocado una reunión de emergencia para abordar la escalada de violencia en Gaza. Además, varias voces prominentes, como el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro canadiense Justin Trudeau, han pedido un cese inmediato de las hostilidades. La creciente presión internacional también incluye llamados a implementar las órdenes del Tribunal Internacional de Justicia (ICJ) que demandan el cese de las operaciones militares israelíes.
Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha afirmado que las operaciones militares continuarán hasta que se logren sus objetivos. Netanyahu ha defendido las acciones militares como necesarias para asegurar la seguridad de Israel y desmantelar las capacidades de Hamas, a pesar de las repercusiones humanitarias y la condena internacional.