El juicio que se desarrolla en Avignon, Francia, contra Dominique Pélicot, de 71 años, ha puesto al descubierto aterradoras acusaciones de violencia sexual y abusos que ocurrieron durante más de una década. Pélicot está acusado de haber drogado repetidamente a su esposa, Gisèle Pélicot, también de 71 años, y de haber facilitado que múltiples hombres la violaran mientras se encontraba sedada en su domicilio en Mazan. Los crímenes imputados a Pélicot no habrían sido cometidos en solitario: un total de 51 hombres, con edades comprendidas entre los 26 y los 74 años, están siendo juzgados por su presunta participación en estos actos.
El juicio, iniciado a solicitud de la víctima, Gisèle Pélicot, tiene como uno de sus objetivos primordiales sensibilizar sobre la problemática del uso de drogas para cometer abusos sexuales. En el marco de las audiencias, se revelaron detalles inquietantes sobre otros implicados, destacándose el caso de Jean-Pierre, de 63 años y de ocupación ex conductor de camiones. Jean-Pierre, considerado un "discípulo" de Pélicot, está acusado de haber drogado y violado a su propia esposa utilizando métodos similares, con la supuesta asistencia de Pélicot.
Las imputaciones contra Jean-Pierre datan de al menos 12 episodios de violación de su esposa entre los años 2015 y 2020. Su relación con Pélicot se estableció mediante un chatroom en línea titulado "Contra su conocimiento", donde solicitó la ayuda de Pélicot para cometer los delitos. Según se alega, Pélicot suministró los sedantes necesarios y viajó a la casa de Jean-Pierre para llevar a cabo las agresiones sexuales.
Stéphan Gal, el investigador principal del caso, subrayó que Jean-Pierre ha admitido los cargos imputados. Un aspecto particular de su situación es que su esposa no se ha constituido como parte civil en el proceso, debido a su deseo de proteger a sus cinco hijos del trauma judicial y mediático.
De los 51 acusados implicados en este juicio, 18 permanecen en custodia actualmente, mientras que los 32 restantes comparecen en libertad. Si son encontrados culpables de violación agravada, los imputados podrían enfrentar sentencias de hasta 20 años de prisión.
El juicio está programado para extenderse hasta diciembre de 2024, abarcando complejas y delicadas diligencias judiciales para resolver este devastador caso de abuso sexual sistémico y colectivo. El uso de drogas para cometer abusos sexuales es una de las formas más complejas y difíciles de rastrear y probar ante la justicia, debido a la alteración de la conciencia y la memoria de las víctimas, un reto flagrante en la recopilación de evidencias.