El incidente se registró a las afueras de un nuevo centro de distribución de ayuda de la GHF, organización seleccionada por Israel para enviar alimentos a Gaza. Centenares de miles de palestinos, desesperados por la escasez alimentaria derivada de 11 semanas de asedio y un bloqueo israelí permanente, se aglutinaron en la zona. A lo largo de la jornada, la presión de la multitud forzó al personal de la GHF a retirarse, intentando evitar una situación incontrolable y permitir que algunos palestinos recibieran ayuda sin mayores riesgos.
Durante este periodo, se escucharon disparos de tanques y armas de fuego, y un helicóptero militar israelí sobrevoló el área lanzando bengalas. Al menos tres palestinos resultaron heridos, uno de ellos con una lesión en la pierna. Las Fuerzas de Defensa de Israel indicaron que realizaron "disparos de advertencia" alegando la intención de restablecer el control, aunque no detallaron si entre los heridos había civiles que aguardaban la entrega de alimentos. El primer ministro Benjamin Netanyahu admitió un "momento de pérdida de control" en el procedimiento de reparto, asegurando posteriormente el restablecimiento del orden.
Videos compartidos en redes sociales mostraron largas filas de personas entre cercas de alambre, algunas parcialmente derribadas durante el tumulto, mientras una multitud irrumpía sobre el terreno donde estaban apiladas cajas de alimentos. Solo un sector de los presentes logró obtener suministros, que incluían azúcar, harina, pasta, tahini, arroz, pasta y harina, además de algunas latas de frijoles y verduras provenientes de Israel.
La GHF informó la distribución de 8,000 cajas de alimentos a lo largo del día, cantidad suficiente para 44,000 personas por aproximadamente medio semana, cifra que representa tan solo el 2% del total de más de 2 millones de habitantes en Gaza. La organización no reveló la fuente de financiamiento para sus operaciones, aunque manifestó su intención de ampliar la entrega durante los próximos días.
La capacidad de la GHF para operar fue motivo de controversia desde el inicio. Jake Wood, su fundador, renunció afirmando que le sería imposible cumplir los principios humanitarios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia bajo las condiciones actuales. ONU y otras organizaciones humanitarias se negaron a trabajar con la GHF, advirtiendo sobre el riesgo a equipos y beneficiarios debido a su inexperiencia.
Desde el fin del último alto el fuego en marzo, cerca de 4,000 palestinos han muerto, elevando la cifra total reportada por ataques israelíes a más de 54,000 fallecidos, en su mayoría civiles. El conflicto se intensificó tras los ataques de Hamas del 7 de octubre de 2023, que provocaron aproximadamente 1,200 muertos, la mayoría civiles, y el secuestro de 250 personas.
El episodio del 27 de mayo ilustra la gravedad del acceso humanitario en Gaza bajo circunstancias de bloqueo y la presión desesperada de una población sin recursos básicos para subsistir.