El presidente Donald Trump ha confirmado su disposición a recibir un Boeing 747-8, valorado en aproximadamente 400 millones de dólares, ofrecido por la familia real de Qatar para uso como Air Force One. El acuerdo implica que la aeronave, conocida por su nivel de lujo, será utilizada provisionalmente como avión presidencial hasta la entrega de nuevos aviones oficiales por parte de Boeing.
Según la propuesta, la transferencia del avión al gobierno de Estados Unidos sería temporal. Al finalizar el mandato de Trump, el 747-8 sería asignado a la fundación de la biblioteca presidencial y no a la posesión personal del mandatario. La decisión se da mientras continúan los retrasos en la entrega de los nuevos aviones presidenciales, prevista entre 2027 y 2029.
La operación ha suscitado repercusiones políticas y legales en Washington. Legisladores demócratas, incluyendo a Chuck Schumer, Adam Schiff y Bernie Sanders, han expresado críticas directas, argumentando que la aceptación del avión por parte de un jefe de Estado estadounidense de un gobierno extranjero puede significar una influencia indebida y representa "corrupción" y "kleptocracia". La controversia se alimenta además por la reciente firma de un contrato por parte de la organización Trump para la construcción de un campo de golf en Qatar, lo que ha servido a la oposición para vincular intereses comerciales con la política exterior estadounidense.
El portavoz del gobierno qatarí detalló que la transferencia del Boeing 747-8 aún está en deliberación y no existe una decisión final sobre su entrega formal como obsequio. La legalidad del procedimiento ha sido evaluada por el Departamento de Justicia y la oficina legal de la Casa Blanca, que concluyeron que la aceptación de la aeronave no viola la ley norteamericana, en particular la cláusula de emolumentos de la Constitución, mientras el regalo no sea condicionado a ninguna acción ejecutiva.
En el caso de aceptarse, la aeronave será primero transferida a la Fuerza Aérea de Estados Unidos, que deberá encargarse de sus adaptaciones para cumplir con los requisitos de seguridad presidencial. El anuncio oficial sobre la transferencia del avión estaba previsto en el marco de la visita de Trump a Qatar, parte de su agenda internacional como presidente.
La posible recepción del Boeing 747-8, junto con las acusaciones de soborno y cuestionamientos sobre conflicto de intereses, ha instalado un foco de debate sobre la ética en la administración pública y la influencia de potencias extranjeras en esferas gubernamentales estadounidenses. Expertos en ética gubernamental han advertido sobre el riesgo de afectaciones a la independencia de la política exterior como consecuencia de la aceptación de regalos de alto valor por parte de líderes internacionales.