Donald Trump, candidato presidencial republicano, ha reformulado su postura sobre las criptomonedas en un intento por asegurarse el apoyo de este influyente sector económico. Trump, quien anteriormente describió a las criptomonedas como una "estafa", ahora promete convertir a Estados Unidos en la "capital criptográfica del planeta" y ha expresado su intención de despedir al presidente de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC), Gary Gensler, un crítico notorio de estos activos digitales.
El impacto en el mercado ha sido palpable. En medio de una reciente caída del valor del Bitcoin, que se desplomó más del 16% en un solo día, los inversores de capital riesgo han comenzado a replantear sus estrategias. A pesar de la volatilidad, se percibe un optimismo creciente. Cosmo Jiang, de Pantera Capital, señaló que el ambiente regulatorio desfavorable en EE.UU. ha forzado a los inversores a buscar oportunidades fuera del país. Sin embargo, Jiang opinó que una administración más favorable a las criptomonedas podría atraer nuevamente inversiones a territorio estadounidense.
Desde su introducción en enero de 2024, los Fondos Cotizados en Bolsa (ETFs) de Bitcoin en Estados Unidos han logrado atraer aproximadamente US$19.400 millones en entradas netas. Esto subraya el interés y la confianza de los inversores en los productos financieros basados en criptomonedas, a pesar de las fluctuaciones del mercado.
La retórica de Trump ya está resonando globalmente. En Hong Kong, se están examinando propuestas para incluir Bitcoin en las reservas financieras, una medida que podría ser un indicio del potencial alcance internacional de estas declaraciones. Por otra parte, la posición de Estados Unidos como líder en la minería de Bitcoin, fortalecida tras la prohibición de criptomonedas en China en 2021, también se ha destacado. Justin Sun, de Tron, ha sugerido que esta competición entre EE.UU. y China podría fomentar el desarrollo de la industria cripto.
A pesar de la incertidumbre que rodea al entorno regulatorio post-elecciones, la perspectiva de un marco más amigable hacia las criptomonedas podría atraer un flujo significativo de capital hacia Estados Unidos, afectando potencialmente otras jurisdicciones. Se anticipa que un entorno más favorable no solo beneficiaría al país, sino que también podría iniciar un efecto dominó, influyendo en otros mercados y políticas regulatorias.
Esta transformación en la postura de Trump y sus posibles consecuencias están generando un cambio significativo en la percepción y las inversiones en el sector de criptomonedas. La retórica del candidato republicano tiene el potencial de reconfigurar el panorama global de los activos digitales, creando nuevas oportunidades y desafíos para inversores y reguladores por igual. Aunque previamente Trump desestimó las criptomonedas como una "estafa", su cambio de postura refleja una adaptación estratégica en la búsqueda de votos y donaciones de un sector en rápido crecimiento y con considerable influencia económica.