En una polémica declaración, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, criticó que Ucrania no convocara elecciones en medio del conflicto bélico con Rusia. Durante su intervención, Trump tildó a Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, de “dictador” por mantener suspendidos los comicios bajo la ley marcial. Esta medida, no obstante, está respaldada por precedentes históricos y opiniones internacionales que sostienen que realizar elecciones en situaciones de guerra conlleva riesgos significativos.
Según un informe del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), posponer elecciones en contextos de emergencia es una práctica común. Este documento señala que al menos 80 países aplazaron elecciones debido a la pandemia de COVID-19, y razones similares se aplican durante conflictos armados. “Celebrar elecciones sin un acuerdo de paz que garantice la seguridad es impensable”, enfatizó Kevin Casas Zamora, secretario general de IDEA.
En el caso de Ucrania, el contexto es particularmente grave. Desde la invasión rusa en febrero de 2022, más de 10 millones de personas han abandonado el país, lo que dificulta enormemente la logística para identificar y movilizar a los votantes. Además, el presupuesto nacional se encuentra mayoritariamente destinado al esfuerzo bélico, dejando al gobierno con escasos recursos para organizar unas elecciones. Según el informe, la autoridad electoral ucraniana depende casi en su totalidad de la asistencia internacional, lo que subraya la precariedad del sistema en la actualidad.
La ley marcial vigente desde el inicio de la invasión también prohíbe la celebración de elecciones según lo estipulado por la Constitución ucraniana. Esta normativa busca priorizar la seguridad del país ante una situación de extrema vulnerabilidad. En un contexto bélico, los riesgos no solo incluyen la violencia en los centros de votación, sino también la desmovilización física y emocional de los votantes desplazados internamente o refugiados en el extranjero.
Este dilema no es nuevo y cuenta con antecedentes históricos importantes. Durante la Segunda Guerra Mundial, Reino Unido y Francia pospusieron elecciones hasta su conclusión en 1945. En contraste, países como Afganistán e Irak que decidieron celebrar comicios durante conflictos armados recientes enfrentaron acusaciones de fraude electoral y problemas graves de legitimidad debido a la violencia imperante.
El informe de IDEA también puntualiza los desafíos que enfrentan los países bajo estados de emergencia. Factores como interferencias externas, desinformación, restricciones a las libertades políticas y un acceso reducido a los centros de votación presentan fuertes obstáculos para la realización de elecciones libres y transparentes. Además, varios actores internacionales que presionan a Ucrania para convocar elecciones han disminuido o retirado su apoyo, complicando aún más cualquier posibilidad de proceso electoral en el corto plazo.
Este debate, que mezcla componentes humanitarios, jurídicos y políticos, suscita preguntas sobre las prioridades y posibilidades reales de Ucrania en un momento en que su principal objetivo sigue siendo garantizar su soberanía territorial frente a la agresión rusa. La seguridad y la estabilidad siguen siendo las condiciones imprescindibles para cualquier transición democrática en estos tiempos de crisis.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Reino Unido y Francia suspendieron elecciones nacionales hasta 1945, mientras que países más recientes, como Afganistán e Irak, enfrentaron grandes problemas de violencia y deslegitimación al intentar celebrarlas en medio de guerras.