El mandatario estadounidense Donald Trump anunció el 2 de abril de 2025 un conjunto de aranceles que buscan transformar radicalmente la política comercial de Estados Unidos. Denominando esta fecha como el "Día de la Liberación", Trump presentó una serie de tarifas aplicables tanto de forma generalizada como específica a países seleccionados. La administración ha señalado que estas acciones tienen como objetivo reducir el déficit comercial de $1.2 billones registrado en 2024.

Entre las medidas anunciadas, destaca un arancel universal mínimo del 10% para todas las importaciones, además de tarifas específicas para diversos países. Los aranceles más altos incluyen un 49% para Camboya, un 48% para Laos y un 47% para Madagascar. Otros países como Vietnam, Taiwán, Indonesia y Tailandia enfrentan tarifas entre el 32% y el 46%. Grandes socios comerciales como China, la Unión Europea y Japón tendrán impuestos del 34%, 20% y 24%, respectivamente.
Para productos específicos, particularmente en la industria automotriz, se anunció un arancel del 25% sobre todos los automóviles importados. Esto podría incrementar los precios de los vehículos entre $5,000 y $15,000, dependiendo del fabricante y modelo.

En su discurso, Trump explicó que el objetivo principal de esta política comercial es enfrentar lo que calificó como tarifas injustas impuestas por otros países a los productos estadounidenses. Según el presidente, las tarifas de EE. UU. han sido "aproximadamente la mitad" de las impuestas por otros países como China y miembros de la Unión Europea, una disparidad que afirmó necesitar ser rectificada. "Estamos reconstruyendo nuestra economía y previniendo el engaño. No permitiremos más abusos a nuestra nación", declaró.
La administración predice que estas nuevas tarifas podrían generar hasta $6 billones en nuevas inversiones. Sin embargo, economistas han cuestionado la viabilidad de estas estimaciones, advirtiendo que los mercados podrían responder desfavorablemente ante un escenario de contracción comercial.

Las tarifas universales tendrán efecto a partir del 4 de abril de 2025, mientras que los aranceles recíprocos, ajustados por nación, comenzarán el 9 de abril de 2025. Además, una orden ejecutiva firmada por Trump cerrará una laguna legal que permitía a pequeños envíos desde China, de hasta $800, entrar al país sin impuestos.
El impacto inmediato de estas medidas ha generado amplia preocupación tanto en el interior como fuera de las fronteras de EE. UU. La Unión Europea y otras naciones afectadas anticipan aplicar medidas de represalia, aunque no se han especificado los detalles. Expertos alertaron sobre el potencial de una guerra comercial internacional, con consecuencias perjudiciales para la economía global.

En términos internos, sectores como la industria automotriz serán de los más afectados. La imposición de un arancel del 25% a los vehículos importados eleva el riesgo de precios más altos para los consumidores estadounidenses, agravando las presiones inflacionarias en el mercado automovilístico.
El anuncio de estos aranceles también ha tenido efectos inmediatos en los mercados financieros. En el primer trimestre de 2025, el índice S&P 500 reportó una caída del 4.6%, marcando su peor rendimiento trimestral en dos años. Aunque hubo un leve repunte en los valores bursátiles antes del anuncio oficial, las preocupaciones en torno a la estabilidad comercial a largo plazo han generado escepticismo entre los inversores.
Analistas han advertido sobre las posibles ramificaciones, destacando que una escalada en las tensiones podría derivar en menores flujos de inversión y un crecimiento económico más lento tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
Además de los reportes internacionales, diversos economistas sugieren que el enfoque proteccionista de Trump podría tener efectos adversos en el comercio global, afectando particularmente a aliados tradicionales y naciones en desarrollo que dependen significativamente del acceso al mercado estadounidense.
Mientras la administración confía en que los nuevos ingresos compensarán el déficit comercial, otras naciones ya exploran contramedidas que podrían agravar el sentimiento de incertidumbre global en las próximas semanas.
El arancel más alto impuesto, del 49% sobre las importaciones de Camboya, supera a las tarifas históricas que se utilizaron durante la Gran Depresión de 1930 en los Estados Unidos como medidas de protección económica.