El presidente Donald Trump se encuentra bajo una creciente presión política luego de que Elon Musk calificara de “abominación asquerosa” el proyecto de ley de impuestos y gastos impulsado por el gobierno federal, el cual, según estimaciones, incrementaría el déficit de Estados Unidos en $2.4 billones durante la próxima década. Musk, principal figura de Tesla y otros fabricantes de vehículos eléctricos, cuestionó la propuesta legislativa principalmente por su disposición de eliminar gradualmente el crédito fiscal de $7,500 a la compra de vehículos eléctricos, lo que, según el empresario, tendría un efecto severo sobre la industria y la economía del país. Musk hizo un llamado público a los votantes para que rechacen el proyecto de ley.
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En respuesta, Trump expresó su descontento afirmando que Musk conocía detalles clave del proyecto con anterioridad y solo expresó su desacuerdo tras conocer la reducción de mandatos y subsidios a vehículos eléctricos, que sumarían miles de millones de dólares en beneficios a la industria. "Mira, Elon y yo teníamos una gran relación. No sé si la seguiremos teniendo", dijo Trump en el Despacho Oval. "Dijo las cosas más bonitas sobre mí, y no ha hablado mal de mí personalmente, pero estoy seguro de que eso será lo próximo. Pero estoy, estoy muy decepcionado con Elon. He ayudado mucho a Elon".

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En paralelo, la administración republicana instauró una nueva prohibición de viaje que afecta desde el 5 de junio de 2025 a viajeros provenientes de Afganistán, Myanmar, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. Diversas organizaciones defensoras de derechos humanos han calificado la medida como “racista” y “cruel”, subrayando su impacto sobre países de mayoría musulmana y cuestionando la compatibilidad de estas restricciones con los principios de igualdad ante la ley en Estados Unidos.
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En el contexto de estas medidas, Trump ordenó además la apertura de una investigación oficial sobre Joe Biden, centrada en la gestión durante su presidencia y el supuesto encubrimiento de un “declive cognitivo” por parte de su equipo cercano. Biden rechazó tajantemente las acusaciones y sostuvo que todas las decisiones tomadas en su administración fueron suyas, tildando de “ridícula y falsa” cualquier insinuación de lo contrario.
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La tensión por la legislación fiscal ha motivado reacciones de figuras clave, como Musk, y ha avivado las divisiones entre republicanos y demócratas en el Congreso. La reciente prohibición migratoria también ha sido señalada por líderes demócratas como una maniobra distractora respecto a las polémicas surgidas por el impacto de la política económica sobre servicios esenciales, entre ellos la atención médica.
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El actual escenario político en Estados Unidos está marcado por la confrontación en asuntos de política fiscal, migratoria y de gobernanza, mientras se intensifica el debate y la polarización en torno al rumbo del país.