Durante una cena para miembros del Partido Republicano, Donald Trump expresó su determinación de ajustar las relaciones comerciales de Estados Unidos, afirmando que varios países están "besando su trasero" para negociar acuerdos arancelarios. Trump subrayó su disposición para renegociar ampliamente las tarifas comerciales en favor de Estados Unidos, con un control centralizado en sus propias decisiones, desestimando la intervención del Congreso al considerar que "no negocian como yo nego".
El pasado 5 de abril de 2025, entraron en vigor las nuevas tarifas comerciales que incluyen un arancel general del 10% sobre la mayoría de las importaciones que ingresan a Estados Unidos. En el caso de los productos de origen chino, el porcentaje ha sido incrementado significativamente hasta un 125%. Esta decisión ha generado tensiones importantes con Pekín, que ha respondido elevando sus propios aranceles a las exportaciones estadounidenses, intensificando el conflicto comercial entre ambas potencias.
Trump aprovechó el evento para comunicar que varios líderes internacionales se han mostrado afectados y desesperados por las nuevas políticas comerciales, afirmando que algunos han dicho: "Por favor, por favor, hagamos un trato, haré lo que sea, señor". Estas declaraciones reflejan los profundos efectos que las nuevas medidas están teniendo en la comunidad internacional.
Además, el expresidente mencionó que está abierto a la creación de acuerdos arancelarios específicos para cada país. Los líderes de Japón y Corea del Sur ya están en camino hacia Washington para dialogar sobre estas medidas y sus posibles compromisos. La administración estadounidense busca asegurarse de que cualquier renegociación beneficie sustancialmente a sus intereses económicos.
Enmarcado en estas negociaciones, Trump enfatizó que estos ajustes representan una táctica agresiva para reposicionar a Estados Unidos en el comercio mundial. Aunque quedó claro que estas medidas no cuentan con un consenso legislativo debido a su resistencia a la participación del Congreso.
Mientras tanto, las tensiones entre los países afectados continúan en aumento, una situación que apunta a nuevas rondas de negociación en los próximos días. La postura firme de la administración Trump destaca su estrategia para obtener concesiones mayores a largo plazo, en un movimiento que, según los críticos, podría desatar un mayor desacuerdo global en los mercados internacionales.