Mundo

Trump impulsa la expansión de la tala en los bosques de Estados Unidos, afectando más de 1.1 millones de km²

El presidente Donald Trump ha emitido órdenes ejecutivas para eludir regulaciones ambientales con el objetivo de aumentar la producción de madera en vastos territorios de bosques nacionales y tierras públicas de Estados Unidos. El plan incluye medidas como posibles aranceles a importaciones de madera y ajustes a normativas históricas, generando tanto apoyo en sectores industriales como críticas de grupos ambientalistas.

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Trump impulsa la expansión de la tala en los bosques de Estados Unidos, afectando más de 1.1 millones de km²

El presidente Donald Trump ha emitido órdenes ejecutivas para eludir regulaciones ambientales con el objetivo de aumentar la producción de madera en vastos territorios de bosques nacionales y tierras públicas de Estados Unidos. El plan incluye medidas como posibles aranceles a importaciones de madera y ajustes a normativas históricas, generando tanto apoyo en sectores industriales como críticas de grupos ambientalistas.

“La orden de Trump desatará las motosierras y las excavadoras sobre nuestros bosques federales”

– Afirmó Randi Spivak, directora de políticas de tierras públicas del Centro para la Diversidad Biológica.

3/3/2025

El pasado sábado, el presidente Donald Trump ordenó a diversas agencias federales evaluar métodos para evitar regulaciones ambientales, como la Ley de Especies en Peligro de Extinción, con el fin de incrementar considerablemente la producción de madera en 1,1 millones de km² de bosques nacionales y otras tierras públicas. Este territorio equivale aproximadamente a un 13% de la superficie total de los Estados Unidos continentales.

La estrategia incluye examinar formas de sortear restricciones diseñadas para proteger especies vulnerables y sus hábitats. Según lo indicado por la orden ejecutiva, el Departamento de Comercio deberá investigar si países como Canadá, Brasil, Alemania y otros están "inundando" los mercados de madera en Estados Unidos, lo que podría derivar en la implementación de aranceles. Canadá, el principal proveedor extranjero de madera para Estados Unidos, suministró en 2021 el 46% de los productos forestales importados, mientras que China representó un 13%. No obstante, Estados Unidos también exporta una relevante cantidad de madera, con ventas a Canadá alcanzando casi 10.000 millones de dólares ese mismo año.

En el marco de esta decisión, Trump justificó las acciones alegando que las “políticas federales onerosas” han limitado la disponibilidad de madera, lo cual impacta en el aumento de los costos de construcción, deteriora la competitividad de Estados Unidos y pone en riesgo la seguridad nacional debido al déficit comercial con países exportadores de madera. En línea con su visión, el mandatario convocó a un comité de alto nivel, denominado "Escuadrón de Dios", que tiene la autoridad para permitir proyectos que infrinjan regulaciones de protección ambiental, algo que rara vez ha sucedido desde la creación del comité en 1978.

El respaldo proviene principalmente de sectores industriales, incluyendo constructores y fabricantes de madera, quienes ven el plan como una oportunidad para fomentar la producción nacional, estabilizar precios y reducir la dependencia del exterior. Sin embargo, grupos ambientalistas y científicos han expresado preocupación por los efectos negativos que esta política podría generar para los ecosistemas y el cambio climático. Según estos grupos, la tala de millones de árboles no solo destruiría hábitats críticos para la vida silvestre y contaminaría recursos hídricos, sino que también liberaría cantidades significativas de dióxido de carbono a la atmósfera, exacerbando el calentamiento global.

"La tala indiscriminada de estos hermosos lugares aumentará el riesgo de incendios, llevará a la extinción de especies, contaminará nuestros ríos y destruirá sitios de recreo de clase mundial", declaró Randi Spivak del Centro para la Diversidad Biológica.

Entre los argumentos de la administración Trump, las políticas buscan también reducir los incendios forestales, lo cual ha sido un tema recurrente en las declaraciones del presidente, especialmente tras los devastadores incendios que han afectado California. Sin embargo, estudios científicos mencionan que factores como el aumento de las temperaturas y las sequías, relacionados con el cambio climático, son las principales causas detrás de incendios más grandes e intensos. Además, los expertos señalan que aclarar los bosques puede alterar sus microclimas y agravar los incendios en ciertas situaciones.

En otro ámbito, el presidente nominó recientemente a Tom Schultz, ex ejecutivo de la industria maderera, para encabezar el Servicio Forestal, agencia que administra aproximadamente 193 millones de acres de bosques nacionales. Este nombramiento ha generado críticas por el posible conflicto de intereses entre prácticas sostenibles y objetivos industriales.

Organizaciones como Earthjustice han calificado las medidas como un retroceso hacia políticas ambientales del siglo XIX. Blaine Miller-McFeeley, representante del grupo, enfatizó: "Se trata simplemente de intentar talar la mayor cantidad posible de nuestros bosques para llenar los bolsillos de los ejecutivos de la industria maderera". Mientras tanto, asociaciones del sector respaldaron el fomento de la industria nacional, aunque destacaron la necesidad de equilibrio entre el crecimiento económico y la sostenibilidad ecológica. La Asociación Nacional de Madera Dura, específicamente, instó a gestionar los recursos de manera responsable para preservar los bosques como un recurso renovable.

Dado que estas medidas aún se encuentran en etapa de evaluación, el impacto ambiental, económico y social que generará esta profunda iniciativa es objeto de intenso debate en diversos sectores. El comité "Escuadrón de Dios", activado por la orden de Trump, fue creado mediante una enmienda de 1978 para emergencias ambientales, pero rara vez ha sido convocado en su historia, siendo su última aparición en una deliberación sobre un proyecto de agua en Alabama en 1993.

Algo Curioso

“La orden de Trump desatará las motosierras y las excavadoras sobre nuestros bosques federales”

– Afirmó Randi Spivak, directora de políticas de tierras públicas del Centro para la Diversidad Biológica.

Mar 3, 2025
Colglobal News

El pasado sábado, el presidente Donald Trump ordenó a diversas agencias federales evaluar métodos para evitar regulaciones ambientales, como la Ley de Especies en Peligro de Extinción, con el fin de incrementar considerablemente la producción de madera en 1,1 millones de km² de bosques nacionales y otras tierras públicas. Este territorio equivale aproximadamente a un 13% de la superficie total de los Estados Unidos continentales.

La estrategia incluye examinar formas de sortear restricciones diseñadas para proteger especies vulnerables y sus hábitats. Según lo indicado por la orden ejecutiva, el Departamento de Comercio deberá investigar si países como Canadá, Brasil, Alemania y otros están "inundando" los mercados de madera en Estados Unidos, lo que podría derivar en la implementación de aranceles. Canadá, el principal proveedor extranjero de madera para Estados Unidos, suministró en 2021 el 46% de los productos forestales importados, mientras que China representó un 13%. No obstante, Estados Unidos también exporta una relevante cantidad de madera, con ventas a Canadá alcanzando casi 10.000 millones de dólares ese mismo año.

En el marco de esta decisión, Trump justificó las acciones alegando que las “políticas federales onerosas” han limitado la disponibilidad de madera, lo cual impacta en el aumento de los costos de construcción, deteriora la competitividad de Estados Unidos y pone en riesgo la seguridad nacional debido al déficit comercial con países exportadores de madera. En línea con su visión, el mandatario convocó a un comité de alto nivel, denominado "Escuadrón de Dios", que tiene la autoridad para permitir proyectos que infrinjan regulaciones de protección ambiental, algo que rara vez ha sucedido desde la creación del comité en 1978.

El respaldo proviene principalmente de sectores industriales, incluyendo constructores y fabricantes de madera, quienes ven el plan como una oportunidad para fomentar la producción nacional, estabilizar precios y reducir la dependencia del exterior. Sin embargo, grupos ambientalistas y científicos han expresado preocupación por los efectos negativos que esta política podría generar para los ecosistemas y el cambio climático. Según estos grupos, la tala de millones de árboles no solo destruiría hábitats críticos para la vida silvestre y contaminaría recursos hídricos, sino que también liberaría cantidades significativas de dióxido de carbono a la atmósfera, exacerbando el calentamiento global.

"La tala indiscriminada de estos hermosos lugares aumentará el riesgo de incendios, llevará a la extinción de especies, contaminará nuestros ríos y destruirá sitios de recreo de clase mundial", declaró Randi Spivak del Centro para la Diversidad Biológica.

Entre los argumentos de la administración Trump, las políticas buscan también reducir los incendios forestales, lo cual ha sido un tema recurrente en las declaraciones del presidente, especialmente tras los devastadores incendios que han afectado California. Sin embargo, estudios científicos mencionan que factores como el aumento de las temperaturas y las sequías, relacionados con el cambio climático, son las principales causas detrás de incendios más grandes e intensos. Además, los expertos señalan que aclarar los bosques puede alterar sus microclimas y agravar los incendios en ciertas situaciones.

En otro ámbito, el presidente nominó recientemente a Tom Schultz, ex ejecutivo de la industria maderera, para encabezar el Servicio Forestal, agencia que administra aproximadamente 193 millones de acres de bosques nacionales. Este nombramiento ha generado críticas por el posible conflicto de intereses entre prácticas sostenibles y objetivos industriales.

Organizaciones como Earthjustice han calificado las medidas como un retroceso hacia políticas ambientales del siglo XIX. Blaine Miller-McFeeley, representante del grupo, enfatizó: "Se trata simplemente de intentar talar la mayor cantidad posible de nuestros bosques para llenar los bolsillos de los ejecutivos de la industria maderera". Mientras tanto, asociaciones del sector respaldaron el fomento de la industria nacional, aunque destacaron la necesidad de equilibrio entre el crecimiento económico y la sostenibilidad ecológica. La Asociación Nacional de Madera Dura, específicamente, instó a gestionar los recursos de manera responsable para preservar los bosques como un recurso renovable.

Dado que estas medidas aún se encuentran en etapa de evaluación, el impacto ambiental, económico y social que generará esta profunda iniciativa es objeto de intenso debate en diversos sectores. El comité "Escuadrón de Dios", activado por la orden de Trump, fue creado mediante una enmienda de 1978 para emergencias ambientales, pero rara vez ha sido convocado en su historia, siendo su última aparición en una deliberación sobre un proyecto de agua en Alabama en 1993.

El pasado sábado, el presidente Donald Trump ordenó a diversas agencias federales evaluar métodos para evitar regulaciones ambientales, como la Ley de Especies en Peligro de Extinción, con el fin de incrementar considerablemente la producción de madera en 1,1 millones de km² de bosques nacionales y otras tierras públicas. Este territorio equivale aproximadamente a un 13% de la superficie total de los Estados Unidos continentales.

La estrategia incluye examinar formas de sortear restricciones diseñadas para proteger especies vulnerables y sus hábitats. Según lo indicado por la orden ejecutiva, el Departamento de Comercio deberá investigar si países como Canadá, Brasil, Alemania y otros están "inundando" los mercados de madera en Estados Unidos, lo que podría derivar en la implementación de aranceles. Canadá, el principal proveedor extranjero de madera para Estados Unidos, suministró en 2021 el 46% de los productos forestales importados, mientras que China representó un 13%. No obstante, Estados Unidos también exporta una relevante cantidad de madera, con ventas a Canadá alcanzando casi 10.000 millones de dólares ese mismo año.

En el marco de esta decisión, Trump justificó las acciones alegando que las “políticas federales onerosas” han limitado la disponibilidad de madera, lo cual impacta en el aumento de los costos de construcción, deteriora la competitividad de Estados Unidos y pone en riesgo la seguridad nacional debido al déficit comercial con países exportadores de madera. En línea con su visión, el mandatario convocó a un comité de alto nivel, denominado "Escuadrón de Dios", que tiene la autoridad para permitir proyectos que infrinjan regulaciones de protección ambiental, algo que rara vez ha sucedido desde la creación del comité en 1978.

El respaldo proviene principalmente de sectores industriales, incluyendo constructores y fabricantes de madera, quienes ven el plan como una oportunidad para fomentar la producción nacional, estabilizar precios y reducir la dependencia del exterior. Sin embargo, grupos ambientalistas y científicos han expresado preocupación por los efectos negativos que esta política podría generar para los ecosistemas y el cambio climático. Según estos grupos, la tala de millones de árboles no solo destruiría hábitats críticos para la vida silvestre y contaminaría recursos hídricos, sino que también liberaría cantidades significativas de dióxido de carbono a la atmósfera, exacerbando el calentamiento global.

"La tala indiscriminada de estos hermosos lugares aumentará el riesgo de incendios, llevará a la extinción de especies, contaminará nuestros ríos y destruirá sitios de recreo de clase mundial", declaró Randi Spivak del Centro para la Diversidad Biológica.

Entre los argumentos de la administración Trump, las políticas buscan también reducir los incendios forestales, lo cual ha sido un tema recurrente en las declaraciones del presidente, especialmente tras los devastadores incendios que han afectado California. Sin embargo, estudios científicos mencionan que factores como el aumento de las temperaturas y las sequías, relacionados con el cambio climático, son las principales causas detrás de incendios más grandes e intensos. Además, los expertos señalan que aclarar los bosques puede alterar sus microclimas y agravar los incendios en ciertas situaciones.

En otro ámbito, el presidente nominó recientemente a Tom Schultz, ex ejecutivo de la industria maderera, para encabezar el Servicio Forestal, agencia que administra aproximadamente 193 millones de acres de bosques nacionales. Este nombramiento ha generado críticas por el posible conflicto de intereses entre prácticas sostenibles y objetivos industriales.

Organizaciones como Earthjustice han calificado las medidas como un retroceso hacia políticas ambientales del siglo XIX. Blaine Miller-McFeeley, representante del grupo, enfatizó: "Se trata simplemente de intentar talar la mayor cantidad posible de nuestros bosques para llenar los bolsillos de los ejecutivos de la industria maderera". Mientras tanto, asociaciones del sector respaldaron el fomento de la industria nacional, aunque destacaron la necesidad de equilibrio entre el crecimiento económico y la sostenibilidad ecológica. La Asociación Nacional de Madera Dura, específicamente, instó a gestionar los recursos de manera responsable para preservar los bosques como un recurso renovable.

Dado que estas medidas aún se encuentran en etapa de evaluación, el impacto ambiental, económico y social que generará esta profunda iniciativa es objeto de intenso debate en diversos sectores. El comité "Escuadrón de Dios", activado por la orden de Trump, fue creado mediante una enmienda de 1978 para emergencias ambientales, pero rara vez ha sido convocado en su historia, siendo su última aparición en una deliberación sobre un proyecto de agua en Alabama en 1993.

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