El 11 de abril de 2025, la administración de Donald Trump negó la solicitud de ayuda federal para desastres presentada por la gobernadora republicana de Arkansas, Sarah Huckabee Sanders, tras una serie de tornados y tormentas severas que causaron la muerte de más de 40 personas en Arkansas. Los fenómenos climáticos impactaron también a los estados vecinos de Mississippi y Missouri en marzo, provocando pérdidas significativas en viviendas y negocios. Al menos tres residentes de Arkansas fueron reportados muertos por estos eventos extremos.
La petición de Huckabee Sanders se basó en la magnitud de los daños, solicitando asistencia individual y pública a través de una declaración de desastre mayor. El objetivo era obtener recursos federales que permitieran a las comunidades locales iniciar procesos de recuperación y reconstrucción tras la devastación.
La administración federal justificó el rechazo argumentando que el daño no superaba la capacidad de respuesta del estado y los gobiernos locales. En la carta enviada para comunicar la negativa, el gobierno concluyó que no era necesaria la asistencia federal adicional.
La gobernadora de Arkansas, junto a los senadores Tom Cotton y John Boozman y el representante Rick Crawford, apeló la decisión enviando cartas al presidente Trump en las que se solicitaba reconsiderar el rechazo. En su mensaje, Huckabee Sanders subrayó la emergencia de la situación y la urgencia de contar con apoyo federal para mitigar las pérdidas y facilitar la recuperación.
Este contexto se da mientras la administración Trump avanza en una reestructuración de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), con el objetivo de trasladar mayor responsabilidad fiscal y operativa en la gestión de desastres a los gobiernos estatales. Esta política ha generado inquietudes respecto a la capacidad financiera y operativa de los estados para atender crisis de gran escala, en un escenario en el que los eventos climáticos aumentan en frecuencia y gravedad.
El contraste con la gestión federal previa es notorio: en 2023, el entonces presidente Joe Biden aprobó en menos de 48 horas una declaración de desastre para Arkansas tras una ola de tornados. Actualmente, también se reporta que existen fondos de emergencia en FEMA que permanecen congelados, lo cual ha intensificado la preocupación sobre la eficiencia en la distribución de recursos federales en situaciones de emergencia.
La ausencia de una declaración federal de desastre mayor deja a Arkansas y sus comunidades dependientes de los recursos estatales y locales para enfrentar los costos de recuperación, lo que, según las autoridades estatales, limita severamente la capacidad de respuesta ante la catástrofe.