La propuesta de Donald Trump para las elecciones de 2024 incluye una agenda de "dominancia energética" que podría transformar radicalmente las políticas de uso de tierras públicas en Estados Unidos. El Departamento del Interior, que supervisa más de 500 millones de acres (200 millones de hectáreas), sería responsable de administrar estos cambios, que buscan abrir vastas áreas a la minería y extracción de recursos energéticos.
Uno de los proyectos más destacados es la posibilidad de perforar en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, una extensión de 19 millones de acres (7.7 millones de hectáreas) conocida por su biodiversidad. También están en la mira áreas protegidas como el Parque Nacional del Gran Cañón, donde se prevé la minería de cobre-níquel y la exploración de uranio.
La agenda de Trump propone eliminar regulaciones ambientales y reducir las designaciones de monumentos nacionales, además de debilitar la Ley de Especies en Peligro de Extinción. Las reformas contemplan la eliminación de barreras legislativas como la Ley de Antigüedades, protegida históricamente desde la época de Theodore Roosevelt, según el documento "Project 2025" de la Heritage Foundation.
Daniel Jorjani, exabogado del Departamento del Interior durante el mandato anterior de Trump, es una figura clave en la formulación de esta agenda. Se espera que Jorjani ocupe un puesto relevante en la Agencia de Protección Ambiental (EPA) o en el Consejo de Calidad Ambiental de la Casa Blanca si Trump regresa al poder.
El impacto ambiental de estas propuestas sería significativo. Durante su primer mandato, Trump desestimó la ciencia climática, lo que llevó a la eliminación de menciones sobre el cambio climático en los planes estratégicos del Departamento del Interior. La reanudación de las ventas de arrendamientos trimestrales para la extracción de recursos pone en riesgo la conservación de especies como los osos grizzly y las aves sage grouse.
Además, la desregulación podría implicar un desmantelamiento de leyes ambientales críticas como la Ley de Especies en Peligro y otras normativas fundamentales, potenciando la extracción de recursos en detrimento de la protección de hábitats naturales.
Esta estrategia de dominancia energética representa un enfoque que prioriza la extracción de recursos sin considerar las consecuencias para las comunidades locales y la vida silvestre, lo que podría resultar en un cambio drástico en la política ambiental de Estados Unidos y afectar severamente la integridad de los parques nacionales y refugios de vida silvestre. El Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico es hogar de una gran diversidad de flora y fauna, incluyendo especies emblemáticas como el caribú y el oso polar, que dependen de este hábitat para su supervivencia.