El 14 de mayo de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostuvo una reunión de 37 minutos con Ahmed al-Sharaa, presidente interino de Siria, en la ciudad de Riad, Arabia Saudita. El encuentro, al que asistieron en persona el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, y, de manera remota, el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, se efectuó apenas un día después de que Trump anunciara en un foro de inversión en Arabia Saudita el levantamiento de la totalidad de las sanciones estadounidenses a Siria.
El levantamiento abarca restricciones que estuvieron en vigor durante más de 45 años y que habían dificultado el acceso de Siria al sistema financiero internacional, así como la importación de bienes y el uso de tarjetas de crédito en el país. Trump calificó estas medidas como "brutales y crippling", enfatizando la gravedad de sus efectos sobre la economía siria, asolada por años de guerra civil y aislamiento global.
El anuncio de Trump, realizado el 13 de mayo de 2025, desató celebraciones masivas en Damasco, donde miles de ciudadanos salieron a las calles a ondear banderas sirias y lanzar fuegos artificiales. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Siria calificó la decisión de Washington como un “punto de inflexión” que abre una oportunidad vital para impulsar la estabilidad y la reconstrucción nacional.
Durante el encuentro en Riad, Trump elogió a al-Sharaa, describiéndolo como un "joven atractivo" y “tipo duro” con un "fuerte pasado", expresando confianza en su capacidad para estabilizar el país. El mandatario estadounidense alentó al presidente interino sirio a avanzar hacia la normalización de relaciones con Israel y a considerar la adhesión de Siria a los Acuerdos de Abraham. La propuesta busca sumar a Siria a la iniciativa que promueve relaciones diplomáticas entre Israel y diversos estados árabes.
A pesar del alivio en Damasco, la noticia ha generado inquietud en Israel. El gobierno israelí manifestó su preocupación por el historial extremista de al-Sharaa, que estuvo vinculado a al-Qaeda y contó con una recompensa de 10 millones de dólares por su captura hasta diciembre de 2024.
En el plano económico, la eliminación de las sanciones estadounidenses abre el camino para la reactivación de la economía siria y facilita el ingreso de inversión extranjera, particularmente de naciones del Golfo interesadas en aprovechar las reservas minerales y de petróleo del país.
Durante la reunión, Trump hizo hincapié en la necesidad de que Siria deporte a los "terroristas palestinos" y coopere con Estados Unidos en la lucha contra el Estado Islámico. Ambos mandatarios abordaron la situación de aproximadamente 9,000 presuntos miembros del Estado Islámico detenidos en centros bajo control del gobierno sirio, subrayando la importancia de la colaboración internacional para manejar estos focos de conflicto.
La reunión celebrada en Arabia Saudita marca un hito en la política exterior estadounidense hacia Siria tras la caída del régimen de Bashar al-Assad en diciembre de 2024 y la designación de Ahmed al-Sharaa como presidente interino. Es la primera vez en 25 años que un presidente de Estados Unidos se reúne con un líder sirio. El evento se perfila como un movimiento estratégico con potencial de modificar el equilibrio geopolítico y económico en Oriente Medio tras más de una década de conflicto en Siria.