La operación militar ucraniana en la región rusa de Kursk, iniciada el 6 de agosto, ha resultado en la captura de 594 soldados rusos y el control de 100 asentamientos. Durante las tres semanas de intensos combates, Ucrania ha logrado consolidar su presencia en 1,294 kilómetros cuadrados de territorio enemigo, buscando al mismo tiempo desviar a las unidades rusas del avance en el este de Ucrania, específicamente en las cercanías de Pokrovsk, a solo 11 kilómetros de distancia.
Ante el éxito de la operación ucraniana, Rusia ha relozalizado 30,000 tropas a la frontera con el objetivo de contraatacar y rodear a las fuerzas ucranianas. No obstante, estos esfuerzos han sido infructuosos hasta el momento, según el general Oleksandr Syrskyi, quien afirmó que los intentos rusos para cercar a las tropas ucranianas están siendo repelidos.
En respuesta a estos avances ucranianos, el 27 de agosto, Rusia llevó a cabo una serie de ataques aéreos masivos utilizando 10 misiles balísticos y 81 drones. Las defensas aéreas de Ucrania lograron interceptar y derribar 5 de los misiles y 60 de los drones, pero varios de estos ataques resultaron en víctimas civiles y daños significativos a la infraestructura. En Kryvyi Rih, un hotel fue atacado, resultando en la muerte de dos personas y múltiples heridos. Similares tragedias ocurrieron en Zaporizhzhia, donde tres personas fallecieron por ataques con drones.
Los constantes ataques rusos no solo han causado numerosas víctimas, sino también afectado severamente la infraestructura crítica de varias regiones, como Kiev, donde se han implementado cortes de energía de emergencia. La empresa estatal Ukrenergo está trabajando activamente para estabilizar el suministro de electricidad.
La condena internacional no se hizo esperar. El presidente de EE. UU., Joe Biden, calificó los ataques como "outrageous" (indignantes), mientras el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania condenó los ataques rusos sobre infraestructuras vitales en Ucrania.
En paralelo a estos acontecimientos, Ucrania ha demostrado capacidades bélicas crecientes al realizar exitosamente la primera prueba de un misil balístico de producción nacional, lo que subraya sus esfuerzos por disminuir su dependencia de la ayuda militar occidental.
Otro aspecto preocupante es la situación en la planta nuclear de Kursk. Rafael Grossi, director de la IAEA, advirtió acerca del riesgo de un accidente nuclear, dado que la planta opera en condiciones peligrosas debido a los combates en la proximidad.
Adicionalmente, en la región de Belgorod, se reportaron intentos de incursiones ucranianas donde hasta 500 soldados ucranianos buscaron cruzar la frontera en distintos puntos de control.
Estos eventos recientes pintan un panorama complejo del conflicto en Ucrania, con la escalada de operaciones militares y el impacto significativo en la infraestructura y la población civil.