La sorpresa ofensiva de Ucrania en Kursk comenzó el domingo 5 de enero a las 9:00 a.m. hora de Moscú, utilizando dos tanques, un vehículo de desminado y 12 vehículos de combate blindados, dirigiéndose hacia la aldea de Berdin, a 15 kilómetros al noreste de Sudzha. Esta operación es parte de un esfuerzo de Ucrania por recuperar el terreno perdido y reposicionarse de manera ventajosa ante posibles negociaciones futuras.
En el transcurso del primer día de combates, se registraron 42 enfrentamientos, y 12 combates continuaban activos al cierre del día, según el estado mayor ucraniano. Las fuerzas rusas reportaron haber repelido dos ataques en la misma región. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, declaró que Rusia perdió hasta un batallón de soldados, incluidos soldados norcoreanos y paracaidistas rusos, en solo dos días de conflicto.
Desde que comenzó la incursión ucraniana en territorio ruso en agosto de 2024, Rusia ha sufrido pérdidas significativas, con 38,000 efectivos (muertos o heridos) y más de 1,000 piezas de equipo militar destruidas. Durante este periodo, Ucrania ha controlado aproximadamente 585 km² de territorio ruso, aunque ha perdido más del 40% de los 380 millas cuadradas que inicialmente capturó.
El terreno congelado debido a las bajas temperaturas ha permitido una mayor movilidad de las unidades blindadas ucranianas, que también emplearon medidas electrónicas intensivas para neutralizar algunos drones rusos. A pesar de los intentos rusos por recuperar territorio, no han logrado expulsar completamente a las tropas ucranianas.
El avance ucraniano ha generado diversas interpretaciones y reacciones. Andriy Yermak comentó que Rusia está obteniendo su merecido, mientras que especulaciones entre blogueros militares pro-Kremlin sugirieron un posible intento ucraniano de capturar la planta nuclear de Kursk, una afirmación rechazada por Kyiv.
En otro frente, las fuerzas rusas han intensificado sus esfuerzos en la región de Donetsk, intentando rodear la ciudad de Pokrovsk y capturando varias aldeas en los días recientes. La situación crítica en Kursk ha causado preocupación entre las fuerzas rusas, quienes quedaron sorprendidas por el ataque en múltiples frentes.
Estos desarrollos tienen lugar mientras Donald Trump, presidente electo de EE. UU., se prepara para asumir el cargo el 20 de enero, un evento que podría influir en la dinámica del conflicto.