En medio de una ofensiva rusa sobre la ciudad de Járkov, Ucrania ha formalizado una petición a Estados Unidos y otros miembros de la OTAN para utilizar armamento occidental en ataques dirigidos hacia objetivos en suelo ruso. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, subrayó la necesidad de llevar la defensa de su país al territorio del invasor. En esta solicitud se han incluido sistemas de misiles como los Himars, ATACMS y Storm Shadow-Scalp, así como obuses provistos por la OTAN.
La administración estadounidense ha dado su consentimiento para proporcionar misiles ATACMS a Ucrania, un respaldo que simboliza el continuo apoyo militar de Estados Unidos a Kiev. Además, se ha confirmado que Dinamarca, Noruega, los Países Bajos y Bélgica donarán en conjunto más de 70 unidades de F-16 para reforzar la defensa aérea ucraniana. Esta ayuda ha sido gestionada en medio de las constantes advertencias de Washington sobre las posibles repercusiones globales de los ataques ucranianos en el interior ruso.
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, ha instado a los países aliados a permitir que Ucrania ataque objetivos militares en Rusia con el armamento suministrado por la alianza. Según Stoltenberg, es crucial levantar las restricciones actuales que limitan estos ataques con la tecnología militar proporcionada por la OTAN.