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Un hombre legalmente ciego obtiene licencia de armas en Indiana y reaviva el debate sobre las leyes de armas en EE. UU.

Terry Sutherland, un residente de Indiana legalmente ciego, sorprendió al obtener un permiso para portar un arma de fuego, destacando la falta de restricciones en las leyes de armas del estado. Este caso ha desatado un debate sobre la necesidad de regular el acceso a armas de fuego, particularmente en situaciones que planteen preocupaciones sobre capacidades y seguridad.

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Un hombre legalmente ciego obtiene licencia de armas en Indiana y reaviva el debate sobre las leyes de armas en EE. UU.

Terry Sutherland, un residente de Indiana legalmente ciego, sorprendió al obtener un permiso para portar un arma de fuego, destacando la falta de restricciones en las leyes de armas del estado. Este caso ha desatado un debate sobre la necesidad de regular el acceso a armas de fuego, particularmente en situaciones que planteen preocupaciones sobre capacidades y seguridad.

“Si puedo tener un arma, ¿por qué no puedo tener una licencia de conducir? ¿Cuál es el peor escenario? Podría matar a alguien con un coche”

– Declaró Terry Sutherland.

10/2/2025

Terry Sutherland, un hombre legalmente ciego de Indiana, consiguió recientemente un permiso para portar un arma de fuego, hecho que ha generado controversia en torno a las regulaciones de armas en ese estado. Sutherland, utilizando su permiso como un ejemplo del vacío legal, buscaba "demostrar un punto" relacionado con la facilidad del proceso para personas que, como él, no poseerían las capacidades tradicionales requeridas para manejar un arma de fuego de forma segura.

El hombre, quien depende de un bastón para personas con discapacidad visual, expresó su asombro por la fluidez del procedimiento y la falta de cuestionamientos sobre su aptitud para portar el arma. Según Sutherland, él esperaba que en algún punto del proceso le negaran el permiso, algo que finalmente no sucedió. Desde que lo obtuvo, Sutherland lleva su permiso colgado al cuello como un claro recordatorio del resultado del sistema.

Desde el año 2022, el estado de Indiana instituyó leyes que permiten a cualquier persona mayor de 18 años portar armas de fuego, ya sea de forma oculta o visible, sin necesidad de contar con un permiso específico. El Fiscal General, Todd Rokita, aclaró que no se requieren permisos adicionales mientras el individuo no sea clasificado como "persona impropia". Esta definición incluye condenas por delitos graves, violencia doméstica o padecimientos de salud mental.

El caso de Sutherland ha resaltado los puntos ciegos en estas regulaciones, especialmente cuando la capacidad técnica para manejar armas no es considerada un requisito. Sutherland ha defendido la necesidad de incluir en la legislación medidas como pruebas de competencia en campos de tiro para garantizar que cualquier solicitante tenga un mínimo nivel de habilidad al manejar un arma. No obstante, esta sugerencia ha sido criticada por distintos grupos que consideran que imponer requisitos adicionales podría ser un ataque a la Segunda Enmienda, que protege el derecho a portar armas en los Estados Unidos.

El debate no se ha limitado a discusiones políticas o legislativas; en redes sociales, usuarios han manifestado su sorpresa y, en muchos casos, su preocupación por lo que consideran un sistema deficiente. Comentarios en plataformas digitales aluden a la ironía y contradicciones en el caso de Sutherland, destacando que, aunque no podría obtener una licencia para conducir, sí le fue otorgado un permiso para portar un arma. Lo que inició como un acto personal ha crecido hasta convertirse en un tema que pone bajo escrutinio las políticas de armas en Indiana y, por extensión, en todo el país.

Críticos y defensores de las leyes actuales permanecen en desacuerdo sobre si situaciones como esta señalan la necesidad de revisiones legales o si representan un uso legítimo de los derechos estadounidenses. La situación de Terry Sutherland expone, además, dilemas que no han sido abordados con claridad en la legislación de armas, incluyendo el equilibrio entre derechos individuales y elementos de seguridad pública. Aunque Sutherland asegura no tener intención de usar un arma, el trasfondo del caso representa un llamado a revisar los estándares de acceso y control de armas de fuego. Indiana es uno de los 24 estados en Estados Unidos que permite a los ciudadanos portar armas sin necesidad de un permiso ni entrenamiento formal previo, bajos requisitos que contrastan con las legislaciones más estrictas presentes en otros estados del país.

Algo Curioso

“Si puedo tener un arma, ¿por qué no puedo tener una licencia de conducir? ¿Cuál es el peor escenario? Podría matar a alguien con un coche”

– Declaró Terry Sutherland.

Feb 10, 2025
Colglobal News

Terry Sutherland, un hombre legalmente ciego de Indiana, consiguió recientemente un permiso para portar un arma de fuego, hecho que ha generado controversia en torno a las regulaciones de armas en ese estado. Sutherland, utilizando su permiso como un ejemplo del vacío legal, buscaba "demostrar un punto" relacionado con la facilidad del proceso para personas que, como él, no poseerían las capacidades tradicionales requeridas para manejar un arma de fuego de forma segura.

El hombre, quien depende de un bastón para personas con discapacidad visual, expresó su asombro por la fluidez del procedimiento y la falta de cuestionamientos sobre su aptitud para portar el arma. Según Sutherland, él esperaba que en algún punto del proceso le negaran el permiso, algo que finalmente no sucedió. Desde que lo obtuvo, Sutherland lleva su permiso colgado al cuello como un claro recordatorio del resultado del sistema.

Desde el año 2022, el estado de Indiana instituyó leyes que permiten a cualquier persona mayor de 18 años portar armas de fuego, ya sea de forma oculta o visible, sin necesidad de contar con un permiso específico. El Fiscal General, Todd Rokita, aclaró que no se requieren permisos adicionales mientras el individuo no sea clasificado como "persona impropia". Esta definición incluye condenas por delitos graves, violencia doméstica o padecimientos de salud mental.

El caso de Sutherland ha resaltado los puntos ciegos en estas regulaciones, especialmente cuando la capacidad técnica para manejar armas no es considerada un requisito. Sutherland ha defendido la necesidad de incluir en la legislación medidas como pruebas de competencia en campos de tiro para garantizar que cualquier solicitante tenga un mínimo nivel de habilidad al manejar un arma. No obstante, esta sugerencia ha sido criticada por distintos grupos que consideran que imponer requisitos adicionales podría ser un ataque a la Segunda Enmienda, que protege el derecho a portar armas en los Estados Unidos.

El debate no se ha limitado a discusiones políticas o legislativas; en redes sociales, usuarios han manifestado su sorpresa y, en muchos casos, su preocupación por lo que consideran un sistema deficiente. Comentarios en plataformas digitales aluden a la ironía y contradicciones en el caso de Sutherland, destacando que, aunque no podría obtener una licencia para conducir, sí le fue otorgado un permiso para portar un arma. Lo que inició como un acto personal ha crecido hasta convertirse en un tema que pone bajo escrutinio las políticas de armas en Indiana y, por extensión, en todo el país.

Críticos y defensores de las leyes actuales permanecen en desacuerdo sobre si situaciones como esta señalan la necesidad de revisiones legales o si representan un uso legítimo de los derechos estadounidenses. La situación de Terry Sutherland expone, además, dilemas que no han sido abordados con claridad en la legislación de armas, incluyendo el equilibrio entre derechos individuales y elementos de seguridad pública. Aunque Sutherland asegura no tener intención de usar un arma, el trasfondo del caso representa un llamado a revisar los estándares de acceso y control de armas de fuego. Indiana es uno de los 24 estados en Estados Unidos que permite a los ciudadanos portar armas sin necesidad de un permiso ni entrenamiento formal previo, bajos requisitos que contrastan con las legislaciones más estrictas presentes en otros estados del país.

Terry Sutherland, un hombre legalmente ciego de Indiana, consiguió recientemente un permiso para portar un arma de fuego, hecho que ha generado controversia en torno a las regulaciones de armas en ese estado. Sutherland, utilizando su permiso como un ejemplo del vacío legal, buscaba "demostrar un punto" relacionado con la facilidad del proceso para personas que, como él, no poseerían las capacidades tradicionales requeridas para manejar un arma de fuego de forma segura.

El hombre, quien depende de un bastón para personas con discapacidad visual, expresó su asombro por la fluidez del procedimiento y la falta de cuestionamientos sobre su aptitud para portar el arma. Según Sutherland, él esperaba que en algún punto del proceso le negaran el permiso, algo que finalmente no sucedió. Desde que lo obtuvo, Sutherland lleva su permiso colgado al cuello como un claro recordatorio del resultado del sistema.

Desde el año 2022, el estado de Indiana instituyó leyes que permiten a cualquier persona mayor de 18 años portar armas de fuego, ya sea de forma oculta o visible, sin necesidad de contar con un permiso específico. El Fiscal General, Todd Rokita, aclaró que no se requieren permisos adicionales mientras el individuo no sea clasificado como "persona impropia". Esta definición incluye condenas por delitos graves, violencia doméstica o padecimientos de salud mental.

El caso de Sutherland ha resaltado los puntos ciegos en estas regulaciones, especialmente cuando la capacidad técnica para manejar armas no es considerada un requisito. Sutherland ha defendido la necesidad de incluir en la legislación medidas como pruebas de competencia en campos de tiro para garantizar que cualquier solicitante tenga un mínimo nivel de habilidad al manejar un arma. No obstante, esta sugerencia ha sido criticada por distintos grupos que consideran que imponer requisitos adicionales podría ser un ataque a la Segunda Enmienda, que protege el derecho a portar armas en los Estados Unidos.

El debate no se ha limitado a discusiones políticas o legislativas; en redes sociales, usuarios han manifestado su sorpresa y, en muchos casos, su preocupación por lo que consideran un sistema deficiente. Comentarios en plataformas digitales aluden a la ironía y contradicciones en el caso de Sutherland, destacando que, aunque no podría obtener una licencia para conducir, sí le fue otorgado un permiso para portar un arma. Lo que inició como un acto personal ha crecido hasta convertirse en un tema que pone bajo escrutinio las políticas de armas en Indiana y, por extensión, en todo el país.

Críticos y defensores de las leyes actuales permanecen en desacuerdo sobre si situaciones como esta señalan la necesidad de revisiones legales o si representan un uso legítimo de los derechos estadounidenses. La situación de Terry Sutherland expone, además, dilemas que no han sido abordados con claridad en la legislación de armas, incluyendo el equilibrio entre derechos individuales y elementos de seguridad pública. Aunque Sutherland asegura no tener intención de usar un arma, el trasfondo del caso representa un llamado a revisar los estándares de acceso y control de armas de fuego. Indiana es uno de los 24 estados en Estados Unidos que permite a los ciudadanos portar armas sin necesidad de un permiso ni entrenamiento formal previo, bajos requisitos que contrastan con las legislaciones más estrictas presentes en otros estados del país.

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