Bajo la atenta mirada de medios de comunicación de todo el mundo, la ciudad lagunar de Venecia ha inaugurado un programa piloto que impone una tarifa de 5 euros a los excursionistas que visitan la ciudad. Esta medida busca desalentar la llegada de turistas en días pico y hacer la ciudad más habitable para los residentes cuya población ha disminuido drásticamente. Durante la fase de prueba del programa, que incluye 29 fechas específicas hasta julio, los visitantes que llegan a la estación de tren principal de Venecia son recibidos con señales grandes que también designan entradas separadas para turistas y residentes, estudiantes y trabajadores.

Con una implementación que se extiende a varios puntos de acceso, la ciudad espera gestionar mejor el fenómeno del turismo masivo. Sin embargo, no todos los residentes están convencidos de la efectividad de este nuevo sistema para disuadir el turismo masivo, insistiendo en que sólo un resurgimiento en la población restaurará el equilibrio de una ciudad donde las estrechas callejuelas y los autobuses acuáticos a menudo están obstruidos por turistas. En contraposición, algunos habitantes han protestado enérgicamente contra el programa, marchando por la terminal de autobuses principal de la ciudad detrás de pancartas que leen "No a los Tickets, Sí a Servicios y Vivienda".