El estudio, que examinó a 7,827 personas y sus entornos domésticos, encontró que aquellos que vivían en áreas con más parques, jardines, árboles y otra vegetación tenían telómeros más largos, una región en las secuencias de ADN asociada con la longevidad. "Esto fue cierto independientemente de la raza, el estado económico, y si eran bebedores o fumadores", explica Hipp. Los telómeros son secciones repetitivas de ADN que se encuentran en los extremos de cada uno de nuestros 46 cromosomas, previniendo que la molécula genética se desenrede como los extremos plásticos de los cordones de los zapatos.
Cada vez que una célula se divide, los telómeros dentro de ellas se acortan, hasta que la célula ya no puede dividir su material genético y su línea celular muere. "Esto hace que los telómeros sean marcadores importantes de la edad biológica, o de cuán desgastadas están nuestras células", explica Scott Ogletree, analista geoespacial de la Universidad de Edimburgo. "Sabemos que muchas variables, como el estrés, pueden influir en la rapidez con la que se desgastan nuestros telómeros".
Los espacios verdes son bien conocidos por mitigar el estrés de muchas maneras. Las plantas ayudan a protegernos y aislarnos del ambiente, manteniendo nuestros alrededores varios grados más frescos durante las olas de calor. Disminuyen la contaminación del aire y el ruido. Los espacios verdes fomentan la actividad física y las interacciones sociales y están asociados con un menor riesgo de delincuencia.