Eslovenia, con una población de 2.12 millones de habitantes, celebrará un referéndum el 11 de mayo de 2025 para que la ciudadanía decida sobre la entrada en vigor de una ley que establecería complementos de pensión para artistas galardonados. El proyecto fue elaborado por el Ministerio de Cultura bajo la dirección de Asta Vrečko, del partido eco-socialista de izquierda, y busca reformar una normativa que data de 1974, endureciendo los criterios para el otorgamiento de estos beneficios.
En la actualidad, 83 artistas reciben pensiones especiales en Eslovenia, de los cuales 33 son herederos beneficiarios por la antigua legislación. Con las nuevas disposiciones, artistas destacados como Maja Smrekar aspirarían a un complemento equivalente al 50% de la diferencia entre su pensión actual y la máxima estipulada para 40 años de servicio.
La ley fue aprobada en el Parlamento en enero de 2025, pero encontró fuerte oposición del Partido Democrático Esloveno (SDS), de derecha y encabezado por Janez Janša. El SDS, crítico del arte contemporáneo y de lo que consideran élites culturales, impulsó la convocatoria a referéndum. Janša ha calificado a ciertos exponentes como “degenerados” y ha señalado que algunos artistas percibirían beneficios sin haber contribuido proporcionalmente al erario. La campaña incluyó carteles con imágenes polémicas de Smrekar, generando amenazas y polémica pública.
Para rechazar la ley en el referéndum, al menos el 20% del padrón electoral debe votar “no”, y esos sufragios deben superar la mitad del total de votos emitidos. El costo del proceso electoral se estima en 6.6 millones de euros. Los días de sufragio anticipado registraron una participación del 0.43% de los votantes habilitados, equivalentes a 7,279 personas.
El primer ministro Robert Golob ha llamado a boicotear la consulta, lo que fue criticado por la oposición, argumentando manipulación institucional. El debate tiene lugar junto con una reforma más amplia al sistema nacional de pensiones que implica incrementar la edad de jubilación de 60 a 62 años para quienes hayan trabajado cuatro décadas.
El referéndum ocurre en un contexto de marcada tensión política y social, con las elecciones nacionales agendadas para 2026, e ilustra la aguda fractura ideológica sobre cultura, gasto público y reconocimientos estatales en la Eslovenia actual.