Un estudio reciente ha puesto de manifiesto que los loros amazónicos, específicamente el loro de cara amarilla (Amazona auropalliata), están experimentando cambios significativos en sus llamados. Esta investigación, llevada a cabo por equipos de la Universidad Estatal de Nuevo México y la Universidad de Pittsburgh (UPJ), examinó el comportamiento vocal de estos loros entre 1994 y 2016. Durante este periodo, la población de esta especie ha caído en más del 92% debido a la pérdida de hábitat y la caza furtiva.
Desde 1994, se han identificado tres dialectos vocales distintivos en estos loros: uno en el norte, otro en el sur y un tercero en Nicaragua. Sin embargo, entre 2005 y 2016, se observó una mezcla de estos dialectos, con llamadas del sur emergiendo en el norte, lo que sugiere un fenómeno de 'bilingüismo' en algunas aves.

Los investigadores notaron un incremento en los sitios donde se escuchan múltiples dialectos, y además, identificaron cuatro nuevas variantes acústicas, aumentando la variabilidad vocal. Las fronteras acústicas entre los dialectos del norte y del sur se han desdibujado, señalando un cambio cultural posiblemente en respuesta a las condiciones demográficas y ambientales.
Estos cambios en los dialectos vocales pueden afectar la cohesión social y la reproducción de los loros. La habilidad de comunicarse con otros grupos podría ayudar en la búsqueda de alimento y refugio en un entorno cambiante. No obstante, los investigadores advierten que estas alteraciones también pueden ser disruptivas y contribuir a la continua disminución de la población.
La situación de la especie es crítica, siendo catalogada como críticamente amenazada por la UICN. La disminución de más del 92% de su población en las últimas tres generaciones subraya la urgente necesidad de esfuerzos de conservación. El estudio destaca la importancia de monitorear los cambios culturales en los dialectos para comprender mejor los impactos antropogénicos y las dinámicas poblacionales.
Los resultados de esta investigación se publicaron en la revista Proceedings of the Royal Society el 21 de agosto de 2024, resaltando la necesidad de estudiar la evolución cultural en especies amenazadas frente a cambios ambientales.