Ante las crecientes tensiones comerciales y tecnológicas entre EE.UU. y China, Microsoft ha ofrecido a 800 de sus empleados en China la oportunidad de trasladarse a países como EE.UU., Irlanda y Australia. Este movimiento se dirige principalmente a personal involucrado en áreas como machine learning y cloud computing.
El conflicto entre ambas naciones se ha intensificado, especialmente tras las restricciones impuestas por la administración Biden sobre exportaciones de chips de inteligencia artificial. Desde octubre del año pasado, estas restricciones requieren que los fabricantes de chips AI obtengan licencias específicas para vender a China. Esto ha destacado la creciente preocupación de EE.UU. sobre el uso militar potencial de estas tecnologías avanzadas por parte de China.
Microsoft, que cuenta con aproximadamente 7,000 ingenieros en su grupo de investigación y desarrollo para la región de Asia-Pacífico, ha asegurado que estas transferencias no afectarán significativamente sus operaciones. La empresa sigue comprometida con sus actividades en la región y otros mercados globales donde tiene presencia. Los empleados, en su mayoría ingenieros chinos, han recibido oferta formal de trasladarse a varios países, incluyendo Nueva Zelanda.
La administración Biden también está considerando nuevas reglas que obligarían a las empresas tecnológicas de EE.UU. a obtener licencias antes de proporcionar a los clientes chinos acceso a chips AI. Esto forma parte de un esfuerzo más amplio para frenar el avance de China en tecnologías que podrían emplearse con fines militares, incrementando así la seguridad tecnológica global y protegiendo los intereses nacionales estadounidenses.