Ciencia

Ningún Médico Ha Trasplantado una Cabeza Humana. Este Neurocirujano Dice Estar Listo para Hacerlo

El neurocirujano italiano Sergio Canavero ha revolucionado el debate médico con su propuesta de trasplantes de cabeza, generando escepticismo y controversia en la comunidad científica y enfrentando barreras técnicas y éticas significativas.

Ciencia

Ningún Médico Ha Trasplantado una Cabeza Humana. Este Neurocirujano Dice Estar Listo para Hacerlo

El neurocirujano italiano Sergio Canavero ha revolucionado el debate médico con su propuesta de trasplantes de cabeza, generando escepticismo y controversia en la comunidad científica y enfrentando barreras técnicas y éticas significativas.

“El trasplante de cabeza es éticamente cuestionable y falta evidencia científica que respalde su viabilidad”

- Afirmó la European Association of Neurosurgical Societies.

30/11/2024

El concepto de trasplantes de cabeza, una idea innovadora y polémica liderada por el neurocirujano italiano Sergio Canavero, ha estado en desarrollo más de una década y sigue siendo objeto de intenso debate en el ámbito médico y científico. Canavero ha propuesto una técnica que incluye un corte ultra preciso de la médula espinal y la utilización de polietilenglicol para facilitar su fusión. Sin embargo, la viabilidad de esta operación en humanos es altamente cuestionada debido a la imposibilidad actual de reconectar efectivamente la médula espinal.

Los intentos de trasplantes de cabeza no son una novedad. Charles Guthrie realizó el primer trasplante de cabeza en un perro en 1908, logrando mantener el flujo sanguíneo durante varias horas. En la década de 1950, Vladimir Demikhov llevó a cabo trasplantes de cabeza en perros que sobrevivieron hasta un mes. En los años 70, Robert White trasplantó la cabeza de un mono a otro, consiguiendo que el animal sobreviviera ocho días y mantuviera intactas sus capacidades sensoriales.

La propuesta de Canavero enfrenta desafíos técnicos inmensos, particularmente la reconexión de la médula espinal, un obstáculo insuperable hasta el momento. Además, hay preocupación por la calidad de vida post-operativa de los pacientes, quienes podrían sufrir de dolor crónico severo, parálisis parcial y necesitar años de rehabilitación intensiva. Es crucial mantener al paciente en un coma inducido durante un período de tres a cuatro semanas para permitir la cicatrización.

El impacto sobre la identidad y consciencia del paciente también es un tema de controversia. La comunidad científica debate cómo afectaría el cambio de cuerpo a la identidad, ya que el sistema nervioso entérico, considerado como un "segundo cerebro", influye en las emociones y decisiones.

A pesar de su entusiasmo, Canavero ha realizado experimentos en animales y cadáveres humanos cuyos resultados han sido cuestionados. Su primer voluntario, el científico ruso Valery Spiridonov, quien padecía una enfermedad degenerativa, finalmente declinó la operación después de formar una familia.

La comunidad médica y los bioeticistas han recibido su propuesta con escepticismo y rechazo, una postura reflejada en la declaración de la European Association of Neurosurgical Societies y en la opinión de numerosos profesionales que consideran el trasplante de cabeza como un sueño lejano y plagado de problemas éticos y legales.

A futuro, Canavero ha manifestado su interés en realizar trasplantes de cerebro en clones humanos, una idea que ha sido comparada con la ciencia ficción. Pese a la controversia, asegura contar con el apoyo de inversores, especialmente en Estados Unidos.

Algo Curioso
El primer voluntario para un trasplante de cabeza, Valery Spiridonov, declinó la operación después de formar una familia, mostrando el impacto emocional y personal que estos procedimientos pueden generar.

“El trasplante de cabeza es éticamente cuestionable y falta evidencia científica que respalde su viabilidad”

- Afirmó la European Association of Neurosurgical Societies.

Nov 30, 2024
Colglobal News

El concepto de trasplantes de cabeza, una idea innovadora y polémica liderada por el neurocirujano italiano Sergio Canavero, ha estado en desarrollo más de una década y sigue siendo objeto de intenso debate en el ámbito médico y científico. Canavero ha propuesto una técnica que incluye un corte ultra preciso de la médula espinal y la utilización de polietilenglicol para facilitar su fusión. Sin embargo, la viabilidad de esta operación en humanos es altamente cuestionada debido a la imposibilidad actual de reconectar efectivamente la médula espinal.

Los intentos de trasplantes de cabeza no son una novedad. Charles Guthrie realizó el primer trasplante de cabeza en un perro en 1908, logrando mantener el flujo sanguíneo durante varias horas. En la década de 1950, Vladimir Demikhov llevó a cabo trasplantes de cabeza en perros que sobrevivieron hasta un mes. En los años 70, Robert White trasplantó la cabeza de un mono a otro, consiguiendo que el animal sobreviviera ocho días y mantuviera intactas sus capacidades sensoriales.

La propuesta de Canavero enfrenta desafíos técnicos inmensos, particularmente la reconexión de la médula espinal, un obstáculo insuperable hasta el momento. Además, hay preocupación por la calidad de vida post-operativa de los pacientes, quienes podrían sufrir de dolor crónico severo, parálisis parcial y necesitar años de rehabilitación intensiva. Es crucial mantener al paciente en un coma inducido durante un período de tres a cuatro semanas para permitir la cicatrización.

El impacto sobre la identidad y consciencia del paciente también es un tema de controversia. La comunidad científica debate cómo afectaría el cambio de cuerpo a la identidad, ya que el sistema nervioso entérico, considerado como un "segundo cerebro", influye en las emociones y decisiones.

A pesar de su entusiasmo, Canavero ha realizado experimentos en animales y cadáveres humanos cuyos resultados han sido cuestionados. Su primer voluntario, el científico ruso Valery Spiridonov, quien padecía una enfermedad degenerativa, finalmente declinó la operación después de formar una familia.

La comunidad médica y los bioeticistas han recibido su propuesta con escepticismo y rechazo, una postura reflejada en la declaración de la European Association of Neurosurgical Societies y en la opinión de numerosos profesionales que consideran el trasplante de cabeza como un sueño lejano y plagado de problemas éticos y legales.

A futuro, Canavero ha manifestado su interés en realizar trasplantes de cerebro en clones humanos, una idea que ha sido comparada con la ciencia ficción. Pese a la controversia, asegura contar con el apoyo de inversores, especialmente en Estados Unidos.

El concepto de trasplantes de cabeza, una idea innovadora y polémica liderada por el neurocirujano italiano Sergio Canavero, ha estado en desarrollo más de una década y sigue siendo objeto de intenso debate en el ámbito médico y científico. Canavero ha propuesto una técnica que incluye un corte ultra preciso de la médula espinal y la utilización de polietilenglicol para facilitar su fusión. Sin embargo, la viabilidad de esta operación en humanos es altamente cuestionada debido a la imposibilidad actual de reconectar efectivamente la médula espinal.

Los intentos de trasplantes de cabeza no son una novedad. Charles Guthrie realizó el primer trasplante de cabeza en un perro en 1908, logrando mantener el flujo sanguíneo durante varias horas. En la década de 1950, Vladimir Demikhov llevó a cabo trasplantes de cabeza en perros que sobrevivieron hasta un mes. En los años 70, Robert White trasplantó la cabeza de un mono a otro, consiguiendo que el animal sobreviviera ocho días y mantuviera intactas sus capacidades sensoriales.

La propuesta de Canavero enfrenta desafíos técnicos inmensos, particularmente la reconexión de la médula espinal, un obstáculo insuperable hasta el momento. Además, hay preocupación por la calidad de vida post-operativa de los pacientes, quienes podrían sufrir de dolor crónico severo, parálisis parcial y necesitar años de rehabilitación intensiva. Es crucial mantener al paciente en un coma inducido durante un período de tres a cuatro semanas para permitir la cicatrización.

El impacto sobre la identidad y consciencia del paciente también es un tema de controversia. La comunidad científica debate cómo afectaría el cambio de cuerpo a la identidad, ya que el sistema nervioso entérico, considerado como un "segundo cerebro", influye en las emociones y decisiones.

A pesar de su entusiasmo, Canavero ha realizado experimentos en animales y cadáveres humanos cuyos resultados han sido cuestionados. Su primer voluntario, el científico ruso Valery Spiridonov, quien padecía una enfermedad degenerativa, finalmente declinó la operación después de formar una familia.

La comunidad médica y los bioeticistas han recibido su propuesta con escepticismo y rechazo, una postura reflejada en la declaración de la European Association of Neurosurgical Societies y en la opinión de numerosos profesionales que consideran el trasplante de cabeza como un sueño lejano y plagado de problemas éticos y legales.

A futuro, Canavero ha manifestado su interés en realizar trasplantes de cerebro en clones humanos, una idea que ha sido comparada con la ciencia ficción. Pese a la controversia, asegura contar con el apoyo de inversores, especialmente en Estados Unidos.

Algo Curioso
El primer voluntario para un trasplante de cabeza, Valery Spiridonov, declinó la operación después de formar una familia, mostrando el impacto emocional y personal que estos procedimientos pueden generar.

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