El despliegue de bombarderos B-2 desde Missouri hacia la base estadounidense en Guam se realizó el 21 de junio de 2025. Los B-2 son actualmente los únicos aviones estadounidenses capaces de transportar la bomba GBU-57 Massive Ordnance Penetrator, que pesa 30,000 libras (13,608 kg) y fue diseñada para atacar instalaciones subterráneas, como la de Fordow en Irán, ubicada aproximadamente a 100 metros bajo tierra y protegida con concreto reforzado.
Aunque el número exacto de B-2 trasladados no fue confirmado, fuentes militares relacionan este movimiento con la posibilidad de operaciones contra instalaciones nucleares iraníes, en el contexto del respaldo estadounidense a Israel. Este despliegue coincide con una creciente hostilidad entre Israel e Irán, donde se han reportado más de cien ataques aéreos bilaterales y la muerte de un comandante iraní en bombardeos israelíes. Irán, por su parte, mantiene su postura de no negociar su programa nuclear bajo amenazas.
En apoyo logístico y operacional, Estados Unidos también ha trasladado al menos 30 aviones militares, incluyendo aeronaves cisterna KC-135, de territorio norteamericano a Europa para tareas de reabastecimiento, además del portaaviones USS Nimitz y destructores de misiles guiados hacia el Medio Oriente.
La tensión creciente ha tenido repercusiones económicas a nivel global, como el aumento en los precios del petróleo y la inquietud entre los inversores ante el riesgo de mayor inestabilidad regional. Se ha planteado la posibilidad de que el Reino Unido permita el uso de la base de Diego García para operaciones estadounidenses, aunque esta opción podría generar complicaciones diplomáticas para Londres.
A día de hoy, el presidente Trump ha declarado que EE. UU. tomará hasta dos semanas para decidir si integra fuerzas militares directas junto a Israel, mientras la situación sigue sin señales claras de distensión.