El British Antarctic Survey (BAS) publicó en la revista Global Change Biology un análisis que documenta el descenso de las poblaciones de focas en la isla Signy, situada en el subantártico, atribuido al derretimiento del hielo marino. Tras observar los registros de población de tres especies de focas desde 1977 y comparar esos datos con imágenes satelitales sobre la concentración de hielo desde 1982, los investigadores evaluaron los impactos ambientales durante cinco décadas.
Los resultados muestran que las focas de Weddell (Leptonychotes weddellii) han sufrido una reducción del 54% respecto a sus cifras iniciales de 1977, mientras que las focas de pelaje antártico (Arctocephalus gazella) presentan una disminución del 47% en las últimas décadas. Por otro lado, la población de focas elefante del sur (Mirounga leonina), aunque afectada por los mismos factores, no exhibe un descenso estadísticamente significativo a largo plazo.
El estudio refuta ideas previas sobre la estabilización de las colonias de focas en las Islas Orcadas del Sur y subraya la importancia del monitoreo ecológico prolongado para comprender la respuesta de la fauna antártica al cambio climático. Los investigadores advierten sobre los efectos en cadena dentro de la red alimentaria del ecosistema, especialmente porque las tres especies dependen del hielo marino tanto para descansar como para cazar.
La investigación subraya que el cambio climático está alterando las condiciones fundamentales de vida en la región, con efectos directos en la supervivencia y reproducción de las especies estudiadas. El caso de la isla Signy se presenta como un ejemplo representativo de los retos que enfrentan los mamíferos marinos en el contexto del calentamiento global y la pérdida de hábitats críticos.