Las tensiones entre Irán e Israel han escalado notablemente, con ataques cruzados de misiles y bombas durante la noche del jueves 19 y la mañana del viernes 20 de junio de 2025. En este contexto, Moscú expresó su alarma por la seguridad de la planta nuclear de Bushehr, la única en funcionamiento actualmente en Irán y construida por Rusia, donde laboran cientos de trabajadores rusos. La central, ubicada al sur del país, alberga a especialistas rusos que han participado en su operación y construcción.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, destacó la preocupación de Moscú por la seguridad de su personal, debido a que algunos empleados clave ya han sido evacuados, pero que varios técnicos involucrados en nuevos proyectos nucleares continúan en la instalación. Rosatom, la agencia nuclear estatal rusa, comunicó su disposición a evacuar al resto de su personal con un margen mínimo de tiempo si surge una amenaza directa contra la central.
El presidente ruso, Vladímir Putin, sostuvo que Israel previamente aseguró que la central de Bushehr no sería atacada. Sin embargo, las autoridades rusas han reiterado su preocupación ante la inestabilidad regional y el riesgo que un ataque podría suponer no sólo para Irán, sino también para la comunidad internacional. Cabe recordar que el desastre nuclear de Chernóbil, ocurrido en 1986, y el de Fukushima en 2011, son los únicos que han alcanzado el nivel 7 en la Escala Internacional de Eventos Nucleares (INES), el máximo grado de severidad.
En paralelo a la advertencia rusa, la confrontación militar continúa escalando. El jueves, Israel acusó públicamente a Irán de haber lanzado un misil con una bomba de racimo sobre una zona civil densamente poblada. Este hecho representa el primer uso documentado de este tipo de armamento en el actual conflicto. Las bombas de racimo dispersan numerosas submuniciones pequeñas, conocidas como bombetas, que pueden causar daños importantes a vehículos, infraestructuras y personas, tanto durante el ataque como posteriormente, debido a las minibombas sin explotar. Reportes señalan que misiles iraníes impactaron un hospital y una ubicación cercana a oficinas de Microsoft en Israel, evidenciando el alcance y riesgo de los ataques.
A su vez, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron haber atacado varios objetivos estratégicos en territorio iraní durante la misma jornada, empleando 60 aviones de combate para bombardear áreas de Teherán. En un comunicado publicado en redes sociales, las FDI aseguraron haber impactado un reactor nuclear inactivo en Arak, una instalación de desarrollo de armas nucleares ubicada cerca de Natanz, así como sitios de producción de misiles balísticos, defensas antiaéreas, sistemas de radar y almacenes de misiles.
Mientras continúan los enfrentamientos, la comunidad internacional busca mediar una salida diplomática al conflicto. Este 20 de junio, ministros de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Francia y Alemania, junto con un alto diplomático de la Unión Europea, se reunirán en Ginebra con sus homólogos iraníes. Antes, el secretario de Asuntos Exteriores del Reino Unido mantuvo conversaciones con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y altos funcionarios para tratar el conflicto y el programa nuclear iraní. La Casa Blanca ha anunciado un plazo de dos semanas para decidir su posible intervención directa en la guerra, período que también se presenta a Teherán como una oportunidad para entablar diálogo con Israel y buscar una solución pacífica. Tanto Rusia como China han instado al cese inmediato de las hostilidades y la adopción de una vía diplomática para resolver la crisis.