Salud

Infecciones graves por estreptococos del grupo A se duplican en EE. UU.: son potencialmente mortales y difíciles de tratar

Un reciente análisis de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reporta un preocupante aumento en las infecciones invasivas causadas por estreptococos del grupo A (GAS) en 10 estados estadounidenses entre 2013 y 2022, con casos que se han duplicado y un alza significativa en la resistencia a antibióticos.

Salud

Infecciones graves por estreptococos del grupo A se duplican en EE. UU.: son potencialmente mortales y difíciles de tratar

Un reciente análisis de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reporta un preocupante aumento en las infecciones invasivas causadas por estreptococos del grupo A (GAS) en 10 estados estadounidenses entre 2013 y 2022, con casos que se han duplicado y un alza significativa en la resistencia a antibióticos.

“La incidencia y las consecuencias de estas infecciones son motivo de preocupación y subrayan la necesidad de mayor prevención y concienciación”

– Señalaron los investigadores en el estudio publicado en JAMA.

9/4/2025

De acuerdo con un estudio de vigilancia poblacional llevado a cabo por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las infecciones invasivas por estreptococos del grupo A (GAS) han registrado un alarmante incremento en 10 estados de los Estados Unidos durante el periodo comprendido entre 2013 y 2022. Este análisis, publicado en la prestigiosa Journal of the American Medical Association (JAMA), abarca datos representativos de 35 millones de personas.


Entre los principales hallazgos se observó que la incidencia de estas infecciones duplicó su tasa, pasando de 3.6 por cada 100,000 habitantes en 2013 a 8.2 por cada 100,000 en 2022. En términos absolutos, el estudio identificó un total de 21,312 casos registrados durante la década, con un aumento anual de 1,082 casos en 2013 a 2,759 en 2022. Durante el mismo periodo, se contabilizaron 1,981 muertes relacionadas con estas infecciones, lo que equivale aproximadamente al 10% de los casos. Esta tasa de mortalidad se incrementó notablemente entre residentes de instalaciones de cuidados a largo plazo, de los cuales el 17.7% falleció a causa de las infecciones.


El análisis también arrojó que las poblaciones más afectadas fueron las personas mayores de 65 años, los indígenas americanos y nativos de Alaska, los residentes en hogares de cuidados prolongados, así como las personas sin hogar y aquellas que consumen drogas inyectadas. En particular, los individuos sin hogar experimentaron una incidencia de 807 casos por cada 100,000 personas, destacándose como un grupo especialmente vulnerable al haber registrado un incremento de casi diez veces en la última década. Las infecciones también fueron más comunes entre personas con enfermedades subyacentes como diabetes y obesidad, las cuales agravan el riesgo de infecciones cutáneas severas.


Paralelamente, el estudio reflejó un grave aumento en la resistencia a antibióticos, que complica aún más el tratamiento efectivo de estas infecciones. La resistencia a macrólidos y clindamicina, ambas opciones comúnmente utilizadas, subió del 12.7% en 2013 al 33.1% en 2022. Asimismo, la resistencia a la tetraciclina se elevó de 16.2% a 45.1% en el mismo periodo. No obstante, todas las cepas de GAS mantenían una alta sensibilidad a los antibióticos β-lactámicos, como la penicilina y la ampicilina, los cuales siguen siendo efectivos para su tratamiento.


Otro aspecto importante identificado por los CDC fue el aumento de cepas raras de GAS, cuya prevalencia se incrementó de un 0.3% en 2013 al 26.9% en 2022. Este crecimiento en la diversidad genética de las cepas representa un desafío adicional para los sistemas de vigilancia y respuesta.  


Debido a estas tendencias, los investigadores recomiendan esfuerzos más amplios de concienciación pública acerca de la importancia de la prevención, una necesidad de fortalecer programas educativos dirigidos a los grupos más vulnerables y una mejora general en la atención de heridas. "La incidencia y las consecuencias de estas infecciones son motivo de preocupación y subrayan la necesidad de mayor prevención y concienciación", señalaron los expertos en su informe.


Los hallazgos de este análisis no solo alertan sobre la evolución de la epidemiología de estas infecciones, sino que también plantean un desafío crítico de salud pública para abordar la creciente resistencia a los antibióticos y su impacto en las comunidades afectadas.

Las infecciones por estreptococos del grupo A incluyen enfermedades comunes como faringitis y escarlatina, pero en casos invasivos pueden provocar síndromes graves y poco habituales, como el síndrome de shock tóxico estreptocócico y una forma de fascitis necrosante conocida como "bacteria come-carne".

Algo Curioso

“La incidencia y las consecuencias de estas infecciones son motivo de preocupación y subrayan la necesidad de mayor prevención y concienciación”

– Señalaron los investigadores en el estudio publicado en JAMA.

Apr 9, 2025
Colglobal News

De acuerdo con un estudio de vigilancia poblacional llevado a cabo por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las infecciones invasivas por estreptococos del grupo A (GAS) han registrado un alarmante incremento en 10 estados de los Estados Unidos durante el periodo comprendido entre 2013 y 2022. Este análisis, publicado en la prestigiosa Journal of the American Medical Association (JAMA), abarca datos representativos de 35 millones de personas.


Entre los principales hallazgos se observó que la incidencia de estas infecciones duplicó su tasa, pasando de 3.6 por cada 100,000 habitantes en 2013 a 8.2 por cada 100,000 en 2022. En términos absolutos, el estudio identificó un total de 21,312 casos registrados durante la década, con un aumento anual de 1,082 casos en 2013 a 2,759 en 2022. Durante el mismo periodo, se contabilizaron 1,981 muertes relacionadas con estas infecciones, lo que equivale aproximadamente al 10% de los casos. Esta tasa de mortalidad se incrementó notablemente entre residentes de instalaciones de cuidados a largo plazo, de los cuales el 17.7% falleció a causa de las infecciones.


El análisis también arrojó que las poblaciones más afectadas fueron las personas mayores de 65 años, los indígenas americanos y nativos de Alaska, los residentes en hogares de cuidados prolongados, así como las personas sin hogar y aquellas que consumen drogas inyectadas. En particular, los individuos sin hogar experimentaron una incidencia de 807 casos por cada 100,000 personas, destacándose como un grupo especialmente vulnerable al haber registrado un incremento de casi diez veces en la última década. Las infecciones también fueron más comunes entre personas con enfermedades subyacentes como diabetes y obesidad, las cuales agravan el riesgo de infecciones cutáneas severas.


Paralelamente, el estudio reflejó un grave aumento en la resistencia a antibióticos, que complica aún más el tratamiento efectivo de estas infecciones. La resistencia a macrólidos y clindamicina, ambas opciones comúnmente utilizadas, subió del 12.7% en 2013 al 33.1% en 2022. Asimismo, la resistencia a la tetraciclina se elevó de 16.2% a 45.1% en el mismo periodo. No obstante, todas las cepas de GAS mantenían una alta sensibilidad a los antibióticos β-lactámicos, como la penicilina y la ampicilina, los cuales siguen siendo efectivos para su tratamiento.


Otro aspecto importante identificado por los CDC fue el aumento de cepas raras de GAS, cuya prevalencia se incrementó de un 0.3% en 2013 al 26.9% en 2022. Este crecimiento en la diversidad genética de las cepas representa un desafío adicional para los sistemas de vigilancia y respuesta.  


Debido a estas tendencias, los investigadores recomiendan esfuerzos más amplios de concienciación pública acerca de la importancia de la prevención, una necesidad de fortalecer programas educativos dirigidos a los grupos más vulnerables y una mejora general en la atención de heridas. "La incidencia y las consecuencias de estas infecciones son motivo de preocupación y subrayan la necesidad de mayor prevención y concienciación", señalaron los expertos en su informe.


Los hallazgos de este análisis no solo alertan sobre la evolución de la epidemiología de estas infecciones, sino que también plantean un desafío crítico de salud pública para abordar la creciente resistencia a los antibióticos y su impacto en las comunidades afectadas.

Las infecciones por estreptococos del grupo A incluyen enfermedades comunes como faringitis y escarlatina, pero en casos invasivos pueden provocar síndromes graves y poco habituales, como el síndrome de shock tóxico estreptocócico y una forma de fascitis necrosante conocida como "bacteria come-carne".

De acuerdo con un estudio de vigilancia poblacional llevado a cabo por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las infecciones invasivas por estreptococos del grupo A (GAS) han registrado un alarmante incremento en 10 estados de los Estados Unidos durante el periodo comprendido entre 2013 y 2022. Este análisis, publicado en la prestigiosa Journal of the American Medical Association (JAMA), abarca datos representativos de 35 millones de personas.


Entre los principales hallazgos se observó que la incidencia de estas infecciones duplicó su tasa, pasando de 3.6 por cada 100,000 habitantes en 2013 a 8.2 por cada 100,000 en 2022. En términos absolutos, el estudio identificó un total de 21,312 casos registrados durante la década, con un aumento anual de 1,082 casos en 2013 a 2,759 en 2022. Durante el mismo periodo, se contabilizaron 1,981 muertes relacionadas con estas infecciones, lo que equivale aproximadamente al 10% de los casos. Esta tasa de mortalidad se incrementó notablemente entre residentes de instalaciones de cuidados a largo plazo, de los cuales el 17.7% falleció a causa de las infecciones.


El análisis también arrojó que las poblaciones más afectadas fueron las personas mayores de 65 años, los indígenas americanos y nativos de Alaska, los residentes en hogares de cuidados prolongados, así como las personas sin hogar y aquellas que consumen drogas inyectadas. En particular, los individuos sin hogar experimentaron una incidencia de 807 casos por cada 100,000 personas, destacándose como un grupo especialmente vulnerable al haber registrado un incremento de casi diez veces en la última década. Las infecciones también fueron más comunes entre personas con enfermedades subyacentes como diabetes y obesidad, las cuales agravan el riesgo de infecciones cutáneas severas.


Paralelamente, el estudio reflejó un grave aumento en la resistencia a antibióticos, que complica aún más el tratamiento efectivo de estas infecciones. La resistencia a macrólidos y clindamicina, ambas opciones comúnmente utilizadas, subió del 12.7% en 2013 al 33.1% en 2022. Asimismo, la resistencia a la tetraciclina se elevó de 16.2% a 45.1% en el mismo periodo. No obstante, todas las cepas de GAS mantenían una alta sensibilidad a los antibióticos β-lactámicos, como la penicilina y la ampicilina, los cuales siguen siendo efectivos para su tratamiento.


Otro aspecto importante identificado por los CDC fue el aumento de cepas raras de GAS, cuya prevalencia se incrementó de un 0.3% en 2013 al 26.9% en 2022. Este crecimiento en la diversidad genética de las cepas representa un desafío adicional para los sistemas de vigilancia y respuesta.  


Debido a estas tendencias, los investigadores recomiendan esfuerzos más amplios de concienciación pública acerca de la importancia de la prevención, una necesidad de fortalecer programas educativos dirigidos a los grupos más vulnerables y una mejora general en la atención de heridas. "La incidencia y las consecuencias de estas infecciones son motivo de preocupación y subrayan la necesidad de mayor prevención y concienciación", señalaron los expertos en su informe.


Los hallazgos de este análisis no solo alertan sobre la evolución de la epidemiología de estas infecciones, sino que también plantean un desafío crítico de salud pública para abordar la creciente resistencia a los antibióticos y su impacto en las comunidades afectadas.

Las infecciones por estreptococos del grupo A incluyen enfermedades comunes como faringitis y escarlatina, pero en casos invasivos pueden provocar síndromes graves y poco habituales, como el síndrome de shock tóxico estreptocócico y una forma de fascitis necrosante conocida como "bacteria come-carne".

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