La audiencia del juicio antimonopolio federal dirigido contra Google reveló que la empresa inició desde enero de 2025 un nuevo esquema de pagos a Samsung para garantizar que Gemini, su plataforma de inteligencia artificial, venga preinstalada como asistente predeterminado en todos los dispositivos Galaxy. El acuerdo se produjo inmediatamente después de la resolución judicial que estableció el carácter monopolístico ilegal del motor de búsqueda de Google.
Peter Fitzgerald, vicepresidente de plataformas y asociaciones de dispositivos de Google, fue el encargado de dar testimonio sobre la magnitud y modalidad de estos pagos, que son mensuales y de una suma descrita como "enorme". La cantidad exacta no se hizo pública durante la sesión.
El contrato firmado entre Google y Samsung tiene una vigencia de dos años, hasta diciembre de 2026. Además de los pagos fijos pactados cada mes, el acuerdo contempla que Samsung reciba un porcentaje de los ingresos generados por la publicidad dentro de Gemini, aumentando así el incentivo económico para la compañía surcoreana.
Durante las discusiones en la corte se aclaró que Samsung no fue la única en recibir ofertas; otras firmas como Perplexity y Microsoft también buscaron acuerdos similares, proponiendo la preinstalación de sus propios asistentes de inteligencia artificial en los móviles Galaxy. No obstante, Google resultó favorecido.
El juicio sacó a relucir documentación interna de Google que provee evidencia de que la empresa contempló medidas más estrictas para asegurar la difusión de Gemini, como condicionar a los socios a mantener preinstalados Gemini, Google Search y Chrome en todos los dispositivos.
En el contexto del lanzamiento del Samsung Galaxy S25, celebrado en enero de 2025, Gemini sustituyó a Bixby como asistente de voz predeterminado mediante la pulsación prolongada del botón de encendido, consolidando la presencia de la herramienta de Google frente a otras opciones.
Según lo presentado ante la corte, el número de usuarios activos de Gemini ascendió a 350 millones mensuales, reflejando la relevancia de este tipo de acuerdos en la expansión internacional de la herramienta.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos advierte que, en caso de resolución favorable, Google podría verse impedido en el futuro de establecer acuerdos de preinstalación predeterminada para sus productos, así como obligado a compartir licencias sobre los datos que nutren su motor de búsqueda y aplicar posibles restricciones a la comercialización de Chrome.
La causa forma parte de una ofensiva más amplia del DOJ contra las prácticas anticompetitivas de Google en los mercados de búsqueda y publicidad digital, en un contexto donde la competencia por la posición dominante en asistentes de inteligencia artificial se ha intensificado y el impacto de estos acuerdos podría definir el panorama de las plataformas móviles y de IA a escala global.